El procedimiento se denomina "Artículo 7", pues está previsto en el Artículo 7 del Tratado de la Unión Europea. No se trata de una votación para sancionar directamente al gobierno húngaro, pues el Parlamento Europeo no tiene poderes para ello, la votación es el detonante que pone en marcha el procedimiento del Artículo 7.
¿Por qué ha perdido Orbán la protección del sector centro derecha en el Parlamento Europeo?
Los eurodiputados del partido Fidesz de Orbán pertenecen al grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el grupo político más grande del Parlamento Europeo. Hasta hace poco, el PPE siempre había votado en bloque en contra de las resoluciones que criticaban al gobierno húngaro por lealtad a su miembro, Fidesz.
Sin embargo, entre los eurodiputados del PPE ha ido creciendo la incomodidad ante los ataques de Orbán a los derechos y la democracia y no estaba claro hasta días antes de la votación si el liderazgo del PPE le respaldaría esta vez. Finalmente, ha decidido apoyar la activación del Artículo 7 contra el gobierno húngaro.
No está claro qué fue lo que finalmente inclinó al PPE en contra de Fidesz. Recientemente, Orbán ha estado creando vínculos más estrechos con partidos populistas autoritarios como el polaco Ley y Justicia o la Liga Norte italiana, que no forman parte del grupo del PPE. Es probable que Orbán amenazara a los líderes del PPE con dejar el grupo y unirse a los populistas autoritarios, llevándose a sus 12 europarlamentarios, si el PPE votaba a favor del Artículo 7. Sin embargo, el PPE decidió no ceder ante su chantaje, calculando que el Fidesz seguramente no abandonará el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo. Además, Manfred Weber, que lidera el PPE en el Parlamento, quizás vio la votación como una oportunidad para silenciar a sus críticos. Weber quiere ser el próximo presidente de la Comisión Europea tras las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año, pero ha recibido críticas por su constante apoyo a Orbán en el pasado nientras éste no cesaba de violar flagrantmente los valores europeos. Ahora Weber puede utilizar su voto a favor del Artículo 7 como prueba de que está dispuesto a anteponer el cumplimiento de las normas básicas de la UE a la política partidista.
¿Y ahora qué?
El siguiente paso es incluir a Hungria en el orden del día del Consejo de la UE. El Consejo es el lugar donde se reúnen los ministros de todos los países de la UE. Es probable que el procedimiento del Artículo 7 sea largo y prolongado. Llegar al punto de aplicar sanciones implica al menos tres votos en tres fases distintas en el Consejo.
Primera fase
Veintitrés de los veintiocho gobiernos de la UE tienen que votar a favor de una declaración en la que afirman que existe un "riesgo evidente de violación grave" de los derechos y libertades fundamentales enumerados en el Artículo 2 del Tratado de la Unión Europea. Los gobiernos del Consejo también pueden formular recomendaciones al gobierno húngaro antes de proceder a esta votación.
Cualquiera que conozca la situación en Hungría sabe que ha pasado de constituir un riesgo de violación a violar de facto los valores del Artículo 2. Pero es probable que el Consejo empiece con la primera fase de todos modos.
No existe límite de tiempo para que el Consejo tome una decisión en este fase. Los gobiernos podrían decidir simplemente mantener el tema en su agenda y prolongar las conversaciones durante meses. Lo hemos visto previamente con el gobierno polaco, que también está en el orden del día del Consejo en virtud del Artículo 7.
Segunda fase
Si el Consejo vota a favor de aprobar la primera fase con la mayoría necesaria, y la situación en Hungría no cambia para mejor, se pasará a la segunda fase y a una nueva votación. Esta vez tienen que estar de acuerdo en que la situación en Hungría equivale a una violación "grave y persistente" de los derechos y libertades fundamentales y la votación tiene que aprobarse por unanimidad (excepto, evidentemente, el país que está siendo evaluado, en este caso, Hungría).
Esta parte es especialmente delicada. Los gobiernos que son escépticos hacia el uso del Artículo 7 puedan ser persuadidos para cambiar de opinión. Pero Polonia y Hungría han prometido protegerse mutuamente y bloquear esta votación si llega el día. Algunos expertos han señalado que el Consejo podría evitarlo votando al mismo tiempo en esta segunda fase del Artículo 7 el caso de ambos países. Eso excluiría a ambos de la votación al mismo tiempo, por lo que no podrían protegerse mutuamente, pero no está claro que sea totalmente legal.
Tercera fase
Si la votación supera la segunda fase y la situación en Hungría no mejora, el Consejo podría pasar a la tercera fase, donde finalmente, podría decidir si lleva a cabo algún tipo de sanción contra Hungría. La decisión tiene que ser aprobada por una "mayoría cualificada", que básicamente significa 16 de los 28 gobiernos.
Una sanción en virtud del Artículo 7 puede ser cualquier medida que prive a un país de un derecho que le asiste cuando se adhiere a la UE. El ejemplo que se cita con más frecuencia es la pérdida de su derecho de voto, lo que le impediría opinar sobre las leyes que aprueba la UE. Pero los gobiernos obtienen muchos privilegios cuando se adhieren a la Unión: fondos, libre comercio a través de las fronteras europeas, la capacidad de mover dinero y comprar y vender servicios en cualquier parte de la UE, y evidentemente el poder participar en los cientos de reuniones en las que se deciden las leyes y las políticas. También puede ser algo más simbólico, como no traducir los documentos de la UE al idioma del gobierno en cuestión, o no promover a los ciudadanos del país en cuestión a puestos de altos funcionarios.
¿Qué presión supone realmente el voto del Parlamento Europeo?
Incluso si el Consejo acelerara este procedimiento y llegara rápidamente a la tercera fase e impusiera sanciones, es difícil valorar cómo esto puede ayudar a encauzar de nuevo los derechos y la democracia en Hungría. La votación ha llegado con unos años de retraso. Ahora mismo, los medios de comunicación húngaros están casi totalmente a favor del gobierno, las organizaciones de derechos humanos críticas están siendo silenciadas, el sistema electoral ha sido manipulado a favor del partido gobernante y la oposición política se encuentra en un estado de desorganización. Si Hungría estuviera fuera de la UE, la Unión podría tratar de financiar a los medios de comunicación independientes, a las ONG y a los partidos políticos de la oposición. Pero al ser miembro, la UE no puede, está prohibido interferir en estos asuntos entre los miembros de la Unión.
Liberties ha abogado por la creación en la UE de un nuevo fondo (un Instrumento de Valores Europeo) que dé apoyo financiero a los activistas de derechos humanos dentro de la UE, del mismo modo que lo hace con los activistas de fuera de Europa. Esto podría contribuir a aumentar el apoyo público a los derechos y la democracia. Pero la Comisión Europea no es muy partidaria.
Liberties también ha estado defendiendo que la UE recorte los fondos europeos a los gobiernos que violan los valores fundamentales. La Comisión ha recogido esta sugerencia y hay una nueva ley que está pendiente de aprobación en el Consejo. Hungría depende en gran medida de la financiación de la UE, por lo que recortar el apoyo financiero podría obligar al gobierno a cambiar de opinión. Sin embargo, es preciso que la UE encuentre una forma de presionar al gobierno sin perjudicar a ciudadanos inocentes. Liberties sugiere que la UE gestione directamente los pagos de sus fondos para asegurarse de que siguen llegando a la gente corriente, pero a la Comisión no le parece una buena idea.