Desde hace tres meses, la Policía Municipal de Ciudad Lineal (Madrid) utiliza un formulario para registrar las identificaciones que se realizan. Una medida que implica que el agente que realiza la identificación rellene un documento en el que se recogen datos de la persona identificada, así como el perfil racial percibido por el agente. A pesar de ser la primera vez que se implanta una medida de este tipo en una gran ciudad o capital como Madrid, existen otros lugares como Puertollano o Albacete donde se desarrollan en la actualidad estos protocolos. Su implantación comenzó en localidades como Fuenlabrada, Castellón o Girona.
Iniciativa para defender el trato igualitario a las minorías por parte de la policía
Este formulario, enmarcado en las reformas para lograr que las identificaciones sean justas y eficaces, es una iniciativa en defensa de los derechos de la ciudadanía para recibir un trato igualitario por parte de la policía. Se reduce, por tanto, la discriminación de determinados colectivos e incrementa la eficacia policial. Si disminuyen las identificaciones por motivos injustificados, se mejora la prevención de la criminalidad e incrementa la seguridad. Como ya explicamos en un artículo anterior, esta medida viene demandada por diferentes organismos de protección de los derechos humanos, incluido el propio Defensor del Pueblo.
La particularidad de estos formularios es que permiten obtener datos sobre la forma en la que se realizan las identificaciones en calle y carretera, para ver si se ejerce una presión desproporcionada sobre unos grupos determinados. Los datos obtenidos son compartidos con la sociedad civil, en un ejercicio de transparencia y como paso hacia un diálogo honesto con la policía.
Favorecer y asentar los cimientos de ese diálogo fue la motivación del taller en el que participaron vecinos y vecinas del distrito, organizaciones en defensa de los derechos de la ciudadanía, el Ayuntamiento de Madrid y la Policía Municipal. El coloquio giró en torno a la necesidad de que la población, afectada por las identificaciones, contribuya al análisis y al debate sobre los datos extraídos del protocolo. Más allá de una simple exposición de datos, se busca crear vínculos y un clima de confianza entre las partes que posibilite la crítica constructiva.
Espacios de trabajo común y diálogo
En el transcurso de las jornadas se formaron grupos de trabajo mixtos, entre agentes de policía y personas de los colectivos sociales, donde se expusieron los temores y retos que plantea la implementación del protocolo. Por parte del cuerpo policial se abordó la necesidad de romper con las resistencias en su implementación, entendiendo este como una herramienta demandada por la sociedad y diferentes instancias en pos de la convivencia. El miedo es uno de los factores que salió a relucir, tanto por parte del policía, que entiende la medida como un mecanismo de control o acusación sobre su trabajo, como por parte del ciudadano, que desconoce el protocolo y su contenido.
Otro de los espacios de diálogo surgió en torno a las expectativas. Los colectivos participantes valoraron la implementación del proyecto como un éxito en sí mismo, por lo que esperan que la medida no se limite al distrito de Ciudad Lineal y se expanda a todo Madrid. Además, añadieron la necesidad de ampliarlo a otros cuerpos de policía y no quedarse en la policía municipal. Desde la sociedad civil demandaron nuevos espacios de trabajo común y diálogo para abordar dudas respecto al protocolo, pero también para ser una parte activa, con la finalidad de que su implantación no sea un proceso, sino un modelo de seguridad con continuidad.