La detención y palizas sufridas por un hombre rumano a manos de la policía local fue una violación de sus derechos, sentenció el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) el 4 de noviembre en el caso de Flamanzeanu v. Rumania. Entre otros delitos, Rumania violó el derecho de la demandante a no ser sometido al trato inhumano.
Abuso durante la detención
Marian Flămânzeanu, nacido en 1981, acudió al Tribunal por el tratamiento inhumano y degradante al que fue sometido por agentes de la policía de su pueblo, Letca Nouă, en el Condado de Giurgiu, Rumanía. Alegó que le habían golpeado mientras estaba detenido debido a procesos judiciales pendientes. Agentes de la policía del vecino condado de Teleorman, quienes llevaban a cabo su propia investigación, también abusaron de Flămânzeanu físicamente, obligándolo violentamente a confesar.
Además de indicar que sí hubo violaciones a los derechos humanos del denunciante durante su encarcelamiento, la sentencia del TEDH también encontró que las autoridades estatales no llevaron a cabo una investigación efectiva tras los acontecimientos y no hizo esfuerzo suficiente en condenar a los culpables, violando por lo tanto el aspecto procesal del artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Como consecuencia el Estado tiene que indemnizar a Flămânzeanu con 7.500 euros por los daños morales sufridos.
Este no es el primer caso en el cual una persona rumana llevó un caso ante la TEDH alegando el trato inhumano por parte de las autoridades del país. APADOR-CH, asociación que apoyó el caso Flămânzeanu, ha llevado varios casos similares al Tribunal, entre ellos Olteanu v. Rumania, Carabulea v. Rumaniay Cobzaru v. Rumania.
La violencia policial continua
El TEDH ha condenado a Rumania en cada caso, sin embargo, no ha cambiado nada en la manera de actuar de la policía. Oficiales policiales continúan asaltando a ciudadanos, y el sistema judicial nacional parece incapaz de detener estos abusos.
Estos casos no ocurren de manera aislada. Varios ciudadanos consultan a APADOR-CH cada semana sobre encuentros violentos que han tenido con la policía en busca de apoyo legal para regustrar denuncias penales. Uno de los casos más atroces, en lo que va de año, es el de Daniel Dumitrache, un joven quien murió a golpes en el garaje de una comisaría de Bucarest.
APADOR-CH lleva otros dos casos de violencia policial, pendientes ante el TEDH: el caso de Serban Marinescu y el caso de Iacov Stanciu.
Para más sobre otros casos de abuso y violencia policial pincha aquí.