Durante un partido de fútbol entre dos equipos polacos, estalló una pelea entre los aficionados que hizo que el árbitro detuviera el juego. Algunos de los policías que intervinieron llevaban chalecos de periodistas. "La suplantación policial de periodistas puede frustrar sustancialmente los intentos de la prensa de recoger y difundir información sobre actos públicos, además de que puede provocar agresiones contra miembros de los medios de comunicación", señala la Helsinki Foundation for Human Rights en una carta dirigida al comisario jefe de la policía.