El delito de la migración clandestina está aquí para quedarse, al menos por ahora. A pesar de todas las promesas e, incluso, el mandato explícito del Parlamento, el gobierno italiano ha decidido no proceder a despenalizar la migración clandestina. El primer ministro, Matteo Renzi, ha anunciado que la cuestión se tratará de forma más orgánica a través de una ley específica y cuidada. Pero ¿cuánto tiempo más debemos esperar para que saquen este delito absurdo de nuestro código penal?