Tras las revelaciones sobre las empresas belgas que enviaron componentes de gas sarín a Siria, organizaciones de derechos humanos están aumentando la presión sobre el Gobierno para luchar contra la exportación de armas a países que utilizan estas armas contra la población.

El miembro de Liberties la Liga por los Derechos Humanos (LDH) junto con CNAPD han pedido al Ministerio de Hacienda que ordene al servicio de aduanas belga que rechace la exportación de armas a Arabia Saudí, dado el papel que desempeña este país en la actual guerra en Yemen.

Sarín a Siria

Este hecho sucede después de que la Administración General de Aduanas e Impuestos belga anunciara el 18 de abril que va a iniciar acciones legales contra tres empresas belgas que exportaron productos químicos a Siria, un país con embargo de armas. Estos productos químicos se utilizan para fabricar gas sarín: un arma química de destrucción masiva.

Con la exportación de estos productos, las tres empresas incumplen claramente las obligaciones de este país con la legislación internacional. Afortunadamente, el servicio de aduanas es consciente de la gravedad de esta violación de la legislación internacional, y ha decidido denunciar esta exportación de componentes químicos al régimen violento y represivo de Siria, donde se está masacrando a la población.

Venta a los saudíes

No obstante, Bélgica está violando la legislación internacional con otros productos, como las armas fabricadas en Valonia y que se exportaron a Arabia Saudí en enero de 2018. Estas armas, entre las que se incluyen tanto armas ligeras como armas de guerra (torretas de tanques, componentes para misiles, etc.), estaban incluidas en la lista con licencia de exportación que el ministro-presidente de Valonia había autorizado en octubre de 2017. LDH y CNAPD iniciaron un procedimiento judicial ante el Consejo de Estado, el Tribunal Administrativo Supremo de Bélgica, para suspender y anular estas licencias de exportación.

Hasta el momento, ni el Gobierno valón ni el Consejo de Estado niegan la urgencia de la situación que estas dos organizaciones han destacado desde el comienzo del procedimiento. Todos coinciden en las consecuencias irreversibles que conllevaría la exportación de estas armas: la violación de los derechos básicos y la libertad de las personas (algo sistemático en el Gobierno de Arabia Saudí), la posible utilización del material militar valón para la represión interna o en un conflicto armado, o el riesgo de que estas armas (o el armamento que sería sustituido gracias a la importación de estas nuevas armas) cayesen en manos de organizaciones terroristas.

Suspender la exportación de armas

Según el Artículo 78/12 de la Ley General de Aduanas e Impuestos, el servicio de aduanas debe rechazar la autorización para exportar mercancías sujetas a regulaciones restrictivas o prohibitivas.

Las licencias para la exportación de armas que el ministro-presidente del Gobierno de Valonia había concedido el 18 de octubre de 2017 incluían la siguiente condición: "Se suspenderá la validez de esta licencia cuando el país destinatario esté involucrado en algún conflicto nacional o internacional". Este es sin duda el caso de Arabia Saudí, que lidera actualmente una de las coaliciones militares en la guerra de Yemen.

En consecuencia, ante la evidencia de que Arabia Saudí está involucrada en este conflicto, LDH y CNAPD han pedido al servicio de aduanas belga que aplique las medidas impuestas por el ministro-presidente valón para que se suspenda el suministro de armas al reino de Arabia Saudí.

Si no se cumplieran estas medidas, las autoridades belgas exigirían responsabilidades por el incumplimiento de la cláusula.