La legislación checa no proporciona las condiciones para el nivel de atención y servicio en los puestos para desembriagarse, a veces conocidos como "tanques de borrachos". La defensora del pueblo opina que gracias a esto los estándares aceptables y los derechos fundamentales son violados con frecuencia en estos puestos. De los 18 puestos para desembriagarse en la República Checa, ya ha visitado seis.
Los puestos para desembriagarse son culpables de restringir ilegalmente la libertad personal
Los pacientes de puestos para desembriagarse no pueden decidir si quieren estar en uno y, por lo tanto, su detención ocurre de forma involuntaria. Esto surge de la naturaleza del servicio y el nivel de embriagues en el momento del ingreso; "esta restricción a la libertad personal" puede tener una duración de horas.
Las personas intoxicadas pueden demostrar un comportamiento amenazador cuando son detenidos por la policía, que incluso puede conllevar a procesos penales. El ser admitido en un puesto para desembriagarse, como método de restricción de la libertad, debe siempre ser el resultado de la evaluación por un médico en el momento, cuando la persona detenida ingresa en el puesto. El doctor tiene la potestad, pero también la obligación, de negar la admisión de una persona si se percata de que no se cumplen las condiciones legales para la restricción de su libertad. En la mayoría de los puestos para desembriagarse que visitó la defensora del pueblo, descubrió que el personal no era consciente de que la detención de una persona en él lo decidía el mismo puesto, y no la policía, que es como los detenidos suelen llegar hasta ahí. Esto puede explicar por qué el puesto admite a personas que demuestran un comportamiento apacible y tranquilo, casos en los cuales no hay necesidad de limitar su libertad.
La defensora del pueblo criticó la falta de registros en todos los centros visitados sobre si se habían cumplido los requisitos legales para la detención de un individuo. Es común que haya una falta de registros que demuestren cómo una persona representaba una "amenaza a sí misma o a otras personas, a la propiedad o al orden público" como la ley requiere. Al mismo tiempo, la defensora del pueblo advirtió de que "inspirar alteraciones del orden público" no puede ser una razón para restringir la libertad personal, y le recomendó al Ministerio de Sanidad que retire este razonamiento de la legislación.
La seguridad de los convalecientes y del personal
Aquellos que se encuentran bajo los efectos del alcohol u otras drogas a menudo no controlan su comportamiento. El comportamiento amenazante es una de las condiciones que pueden derivar en la detención en un puesto para desembriagarse. En la mayoría de los casos, estas personas son ingresadas en dormitorios colectivos, donde aumenta el riesgo de conflicto y agresión entre detenidos que se estén recuperando. El personal no está capacitado para responder rápidamente a la conducta agresiva, aunque las habitaciones en las estaciones están equipadas con un sistema de vigilancia por cámara. El personal suele estar compuesto por pocas personas, en su mayoría mujeres, y no suele recibir entrenamiento en el trato a personas agresivas. Por ejemplo, un puesto tiene una capacidad de hasta 10 personas, mientras sólo hay un enfermero durante días laborables normales. Por lo tanto, la mayoría de los puestos para desembriagarse dependen de la ayuda de la policía, y mientras que el personal espera su llegada, mantienen a los detenidos encerrados en los dormitorios colectivos.
Conforme a estos resultados, la defensora del pueblo sugirió que los puestos para desembriagarse deben garantizar un personal adecuado, con hombres, en particular, quienes deben ser entrenados en el uso de intervención suave pero segura contra individuos que de lo contrario podrían inquietarse y ser agresivos. También debe instalarse un sistema de alarma en las habitaciones, para permitir que quienes se encuentren detenidos puedan llamar al personal, de ser necesario. Además, los puestos deben tener al menos una habitación extra para aquellos individuos agresivos.
Uso poco transparente de medidas restrictivas
Sobrellevar el comportamiento agresivo de los detenidos en los puestos está relacionado con el uso general de la contención (en especial medicamentos contra el nerviosismo). La defensora del pueblo señaló una serie de deficiencias y faltas graves en este ámbito. Los miembros del personal en algunos puestos no estaban lo suficientemente familiarizados con los aspectos legales del uso de restricciones y carecían de normas internas que rigen su uso.
En la mitad de los puestos visitados, la defensora del pueblo señaló casos en los que la restricción duro varias horas y en los registros no era inmediatamente evidente si persistía la razón por la cual la libertad fue restringida. La mayoría de los casos también carecía de documentación acerca de la vigilancia que se llevó a cabo.
En general, la defensora del pueblo recomienda que los puestos para desembriagarse sólo utilicen medios restrictivos después de que otros intentos para calmar al detenido hayan fallado. En el caso del uso de algún medio de contención, el mismo debe ser documentado, incluyendo las razones de la medida y su alcance. Los miembros del personal deben examinar si persisten las razones para el uso de la medida restrictiva y, de no ser el caso, deben abandonar de inmediato su uso.
La defensora del pueblo también expresó serias preocupaciones por el uso de medicación como un método para restringir el movimiento. Su uso variaba de puesto en puesto, ya que había administraciones más reacias a emplearla, mientras otras la utilizaban como el único método para calmar a personas agresivas. En este contexto, la defensora destacó que, según los expertos, la administración de cualquier psicofármaco a una persona intoxicada puede ser peligrosa y poner potencialmente en peligro su vida. Por lo tanto, la defensora del pueblo prefiere el uso de la contención física antes que los medicamentos en lo posible.