El gobierno belga decidió en julio suspender los pagos de "beneficio mutuo" a los presos que no pueden trabajar. El sistema que regía antes de esta medida ya suponía un perjuicio considerable para los reclusos, que solo recibían el 50% de lo que reciben los ciudadanos en libertad.
La justificación de esta medida, propuesta por el ministro Bart Tommelein del partido Open Vid, se basa en la idea de que el Estado garantiza el sustento de los presos, por lo que no debe pagar una prestación adicional.
Paga de los presos
Pero hay toda una serie de cuestiones sobre las que reflexionar. Analistas de distintas tendencias afirman que las cárceles belgas no proporcionan las condiciones de vida básicas (alimentación adecuada, cama, higiene, etc.)
Es más, los reclusos deben pagar su jabón, pasta de dientes, televisión, aportaciones alimentarias para sus hijos, junto con otros gastos y deudas personales. Por ello, es incorrecto afirmar que el Estado se hace cargo de los gastos necesarios para sustentar las condiciones de vida de los reclusos.
Grupos de la sociedad civil, entre ellos la Liga Belga de los Derechos Humanos, alegan que el nuevo plan contradice la Constitución y la legislación internacional.
Afirman que es fundamental considerar el bienestar de los presos no solo en relación a su situación durante el periodo de reclusión, sino teniendo en cuenta también su futura libertad y reinserción social.
Revisen por favor
Efectivamente, la gran mayoría de los reclusos saldrá en algún momento a la calle, y es deseable, para toda la sociedad, que su puesta en libertad suponga la reinserción y no la reincidencia. La exclusión de la seguridad social y el empobrecimiento que genera, es un gran obstáculo para la reinserción.
Las organizaciones hacen un llamamiento para que se revise el bienestar de los reclusos. Piden que los políticos, tomando en cuenta la justicia social, la eficiencia presupuestaria y la rehabilitación post-reclusión, presenten un nuevo proyecto de ley para la protección social de los reclusos y sus familias.