El secretario de Estado belga para asilo y migración, Theo Francken, no tiene dinero, pero lo que sí tiene son ideas. Su última ocurrencia: financiar por lo menos 100 nuevas plazas en un centro de detención imponiendo tasas de tramitación a las solicitudes de reunificación familiar, permiso de residencia, etc., transfiriendo así el coste de añadir más camas a los centros de detención a quienes seguramente sean los que las utilicen: las personas extranjeras.