El líder del partido ultranacionalista, Frente Nacional para la Salvación de Bulgaria, Valeriy Simeonov, que es también el actual viceprimer ministro y presidente del Consejo Nacional para la Colaboración en Asuntos Relacionados con la Integración de las Minorías, ha sido condenado por el Tribunal Regional de Burgas por un discurso de odio antigitano. Pronunció el discurso el 17 de diciembre de 2014, desde la tribuna de la Asamblea Nacional.
Esta es la declaración por la que se le condena a Simeonov:
"Sin duda alguna, la mayor parte de la etnia gitana vive mucho más allá de las leyes, normas o criterios comunes del comportamiento humano. Las leyes no se aplican a ellos. Los impuestos y los cargos son abstracciones que no comprenden. Las facturas de electricidad y de agua, así como los seguros sociales y de salud se sustituyen por la creencia de que solo tienen derechos. No tienen obligaciones ni responsabilidades. El robo y el pillaje son sus únicas formas de ganarse la vida. Violar la ley es su comportamiento habitual. Tener hijos es una actividad rentable a expensas del Estado. Para ellos, cuidar de su descendencia significa criar a menores para la mendicidad y la prostitución. Enseñan a sus hijos a robar y a vender droga. Los barones gitanos imponen un estilo de vida que contradice las normas legales de la sociedad búlgara. Bulgaria está al borde de una crisis étnica. Hay dos sociedades irreconciliables en nuestro atormentado país y se excluyen mutuamente. Por un lado están los pensionistas pobres que pagan sus facturas y se ahorcan en lazos improvisados que cuelgan del techo de sus casas porque están enfermos y no tienen dinero. En el otro lado, están los ladrones y violadores agresivos que reciben ebrios sus prestaciones sociales mensuales o el dinero que les da el Estado para criar a sus hijos. La pregunta es, ¿cuáles son los motivos que hacen de parte de la etnia gitana una fuerza que está destruyendo nuestro Estado y legislación? ¿Por qué las personas que antes trabajaban y enviaban a sus hijos al cole y contribuían a generar bienes públicos durante el socialismo, hace apenas 25 años, ahora son unos humanoides tan arrogantes, complacientes y crueles? Piden que se les pague sin la obligación de trabajar. Quieren prestaciones de salud incluso cuando no están enfermos. Piden dinero al Estado para criar a sus hijos y les dejan jugar con cerdos en las calles. Quieren prestaciones de maternidad para las mujeres que tienen el instinto de una perra callejera. ¿Qué ha generado la creencia en nuestros morenos compatriotas de que todo está permitido, de que pueden hacer lo que quieran y de que todo el mundo tiene la obligación de alimentarlos, vestirlos y tratarlos gratuitamente?"
Dos periodistas romanís, Kremena Budinova y Ognian Isaev, presentaron el caso contra Simeonov ante el tribunal y los representó el Comité Helsinki de Bulgaria, como parte de su Programa de Defensa Legal.
El Tribunal consideró que estas palabras constituyen acoso en virtud de la Ley de Protección contra la Discriminación pues "conducen a la ofensa de la dignidad de la persona y crean un ambiente hostil, degradante, insultante y ofensivo. Cualquier persona que pertenezca a la etnia romaní puede verse afectada por ello. No es necesario que la declaración se refiera a toda la comunidad romaní para que se perciba como perjudicial hacia la dignidad de cualquier individuo que se defina a sí mismo como romaní".
Simeonov recibió la orden de cesar este comportamiento ofensivo y abstenerse de cualquier forma de abuso en el futuro. Los denunciantes no quieren una indemnización.
La sentencia está sujeta a apelación.