Mientras el secretario de Estado belga de políticas de asilo y migración, Theo Francken, afirma repetidamente su compromiso de ampliar el número de plazas en los centros de internamiento cerrados, distintas organizaciones de la sociedad civil no cesan de expresar su preocupación sobre las condiciones de detención de extranjeros y cuestionan que se respeten los derechos humanos en estos centros.
Cada año. más de 6.000 migrantes son detenidos en cinco centros de internamiento en distinas partes de Bélgica porque carecen de un permiso de residencia. En estos centros, según muchos testiomonios, se cometen numerosos abusos de derechos humanos. En estos lugares remotos, de difícil acceso, las autoridades ejercen el poder de forma arbitraria, lejos de cualquier auditoría ciudadana y de cualquier control.
Acceso incondicional
Open Access Now, una campaña coordinada por una plataforma de asociaciones internacional, lucha por el cierre de estos centros de internamiento de extranjeros. A la vez, demanda mayor transparencia y rendimiento de cuentas en estas cárceles, lo que pasa por permitir el acceso incondicional a estos centros a la sociedad civil y la prensa y que haya información disponible sobre su funcionamiento.
Malin Björk, euro-diputada sueca, visitó recientemente el centro de internamiento en Merksplas, Bélgica, para apoyar a Open Access Now. Quería hacer uso de su derecho, como euro-diputada, de visitar centros de internamineto cerrados, que se están multiplicando en Europa.
La Oficina de Inmigración belga denegó la primera solicitud de Björk, pero una segunda visitada fue programada para marzo - sin periodistas. Los medios de comunicación casi nunca obtienen permiso de entrada, aunque estas negativas supuestamente debían ser excepciones a la regla. Un representante de la Oficina de Inmigración no trató de coultarlo: la administración cree que los periodistas tienen prejuicios hacia los centros de detención.
Vigilancia
Estos centros cerrados son básicamente prisiones. Ser detenido significa dejar tus derechos humanos en la puerta. Uno de los ejemplos más estremecedores es el uso del aislamiento, un castigo en un limbo legal bajo el nombre de "régimen adaptado".
Al final de su visita, Malin Björk hizo un llamamiento para que se abran estos centros a los medios de comunicación y otros agentes sociales para fortalecer la vigilancia democrática. La red de derechos de migrantes Migreurop también aprovechó su visita para reafirmar su profundo desacuerdo con la política del secretario Francken de ampliar la capacidad de estos centros de detención, ampliando e intensificando así el abuso de derechos humanos, como señalan.
La League of Human Rights y CIRÉ (Coordinadora de Iniciativas para Refugiados y Extranjeros), que representan a Bélgica en la campaña de Open Access Now, mantienen su compromiso a seguir luchando contra los centros de detención cerrados. Debemos mantenernos atentos a lo que hace el Estado, casi a escondidas de los ciudadanos... y sin embargo, de su parte.