Una nueva ley sobre inmigración, una nueva ley sobre los derechos de LGBT, una campaña social-política contra la discriminación de los gitanos y la legalización del canabis están entre los temas principales por los cuales Cild quiere luchar. No hay mejor prueba de la verdadera demanda por una organización como Cild en el país más que el enorme interés que ha demostrado la sociedad civil de Italia. La nueva plataforma italiana de derechos humanos, lanzada hoy, 17 de octubre, en Roma, fue iniciada originalmente por 20 organizaciones, cifra que ascendió rápidamente a 29 antes de la fecha del lanzamiento oficial. Además, miembros y simpatizantes de Cild esperan que la visibilidad que se genera en torno a la interdependencia de los derechos civiles y libertades inspirará a muchas organizaciones, para reforzar su eficacia mientras que Cild se presenta como un único interlocutor para instituciones, medios de comunicación y la opinión pública.
Patrizio Gonnella, presidente de Cild, sostiene que sólo los grupos de derechos humanos enfocados en varios campos pueden abordar con éxito la falta de libertades: "los derechos humanos están intrínsecamente conectados entre sí. Si se lucha por una libertad mientras se renuncia a otra, todo está perdido. De ahora en adelante, la sociedad civil en Italia será más fuerte. Cuando ganas una batalla sin tener en cuenta el espectro completo de los derechos humanos, esa victoria será inevitablemente incompleta. Consideremos nuestra campaña contra la tortura. Ojalá Italia cuente pronto con una nueva ley que introduzca el delito en el código penal. Pero la tortura de sujetos vulnerables a grandes rasgos, gitanos por ejemplo, seguirá siendo una cuestión cultural que tendrá que ser abordada”.
Andrea Menapace, director ejecutivo de Cild, afirma que ésta es la primera vez que, en Italia, un gran número de organizaciones de la sociedad civil enfocada en todo el espectro de los derechos humanos se reúne y le habla al Gobierno y a los miembros del Parlamento italiano con una sola voz.
Hablando con las autoridades italianas será un preludio de la introducción de Cild en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el cual publicará su informe sobre Italia diez días después, el 27 de octubre.
Como base de sus argumento en su manifiesto de lanzamiento, Cild declara:
La libertad es la autodeterminación. El reconocimiento de la identidad. Inclusión. La libertad jamás supone una amenaza a la igualdad. Somos libres porque somos todos iguales y diferentes. Las libertades y los derechos civiles están profundamente conectados. Son interdependientes e inseparables. Su promoción y protección pueden traer un cambio de paradigma, contribuir a la cohesión, a la solidaridad y la a igualdad en la sociedad. Italia ha vivido un largo período en el cual el vocabulario prevaleciente, la práctica y las decisiones políticas redujeron las libertades civiles y los derechos humanos a momentos ocasionales, o incluso se consideraban una molestia pública. Pero la libertad y los derechos son el fundamento de una sociedad que respeta la dignidad humana.
Bajo esta premisa teórica – que tiene bases, culturales, políticas, sociales sólidas e históricas – un gran número de organizaciones de la sociedad civil en Italia han decidido formar la Coalición Italiana para los Derechos Civiles y Libertades (CIDCL). Como el primer experimento en diseminación de la libertad, la coalición pretende impulsar el poder de multiplicación de la libertad entrelazando diferentes áreas temáticas. Al fin y al cabo, se aplican a las mismas políticas y antecedentes culturales:
·los temas primordiales en la lucha contra el racismo y la xenofobia;
·en la lucha contra toda forma de discriminación basada en el género o la identidad de género;
·en cambiar la perspectiva sobre la inmigración y lo distanciarlo de la delincuencia;
·en la expansión de la ciudadanía;
·en superar prejuicios contra gitanos, los sinti y la población itinerante;
·en la creación de un sistema penal y penitenciario menos selectivo y más respetuoso de los derechos;
·en la lucha contra la corrupción y abogando por la transparencia de la administración pública;
·en la extensión de los derechos y libertades más allá de todos los posibles límites tradicionales.
Hoy, gracias al apoyo crucial de Open Society Foundations y Oak Foundation, la coalición es un nuevo jugador en el campo, fortalecida a partir de sus raíces en la sociedad que representan las muchas organizaciones que en las últimas décadas han tratado – a menudo individualmente, como si estuvieran solas – frenar la deriva de nuestro país hacia la falta de la libertad y la intolerancia.
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