La sociedad estonia lleva unos meses viviendo una gran presión política: a pesar de la victoria del Partido de la Reforma en las recientes elecciones parlamentarias, el primer ministro (del Partido Estonio de Centro), Jüri Ratas, propuso formar una coalición con los partidos de derecha Isamaa y el Partido Popular Conservador de Estonia (EKRE).
La coalición sorprende debido a que los partidos tienen un historial radicalmente distinto en cuanto a sus posturas de derechos humanos
El EKRE ha sido duramente criticado por sus posturas populistas de derecha y su retórica racista, antiabortista, antiinmigrante y homófoba. Una parte importante de la población está muy preocupada por la división social y el debilitamiento de la democracia y se han organizado manifestaciones y formado distintos grupos de activistas.
Justo antes de las elecciones parlamentarias, los investigadores del Centro de Derechos Humanos de Estonia analizaron a fondo los programas de todos los candidatos y partidos y publicaron los resultados en su página web. El programa del Partido Estonio de Centro era exhaustivo en lo que respecta a los derechos humanos, e incluía mejoras significativas para los ciudadanos no estonios que viven en el país (principalmente personas de nacionalidad rusa y titulares de pasaportes extranjeros). Además, fueron los únicos que incluían en su programa una normativa más estricta de la incitación al odio. Promteían, asimismo, prestar mayor atención a la igualdad de género y ratificar el Protocolo 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que aplicaría la prohibición general de la discriminación.
El EKRE y el Isamaa, los partidos a los que ha invitado a unirse a la coalición, hicieron pocas promesas y unas propuestas débiles. El Isamaa, que solía proponer políticas fuertes de derechos humanos, entró en el proceso electoral con propuestas que, al revés, reducirían ciertas libertades civiles importantes. Por ejemplo, sus políticas sobre refugiados en lugar de ser constructivas consisten únicamente en propaganda política. La derogación de la ley de convivencia afectaría negativamente a las parejas de gays y lesbianas, infringiendo su derecho constitucional a crear y mantener familias, afectando además negativamente a los hijos de estas familias. Su intención de definir constitucionalmente el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer también fomentaría la homofobia.
Muchas de las promesas originales de EKRE pondrían fin a los 28 años de camino hacia un país democrático que defiende los derechos humanos. Expulsar a los refugiados, pone en peligro su derecho a la vida y viola la prohibición de la tortura. Prohibir el aborto en la salud pública mina el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Asimismo, la deportación de extranjeros que "incitan al odio nacional" y la revocación de la ciudadanía supone una amenaza para la libertad fundamental de expresión y el derecho a la ciudadanía.
Habida cuenta de las grandes diferencias de postura de los tres partidos en cuanto a los derechos humanos, la decisión del Partido Estonio de Centro de formar una coalición con ellos ha provocado una indignación pública enorme.
La protesta pública contra la coalición ha dado lugar a protestas y campañas en los medios de comunicación social
El malestar social tanto hacia el Partido Estonio de Centro como hacia la coalición que ha propuesto es muy evidente. Desde que se hizo, ha habido manifestaciones todas las semanas y se ha iniciado una campaña muy amplia en las redes sociales con una pagina web: #kõigieesti ("Estonia de todos") . El 31 de marzo se celebró una gran manifestación bajo el lema "Sí a la libertad, no a las mentiras" para poner en evidencia las noticias falsas y la retórica manipuladora, y para subrayar la importancia de los valores liberales y la aceptación. El 14 de abril tuvo lugar la manifestación más grande en el recinto del festival de la canción en Tallin. Fue organizada por los activistas de #kõigieesti, que organizaron también un concierto. El evento se cubrió en su totalidad con donaciones y atrajo a un gran número de personas.
Escándalo y dimisiones dentro de los partidos
Incluso dentro de los partidos políticos ha habido una serie de escándalos. Uno de los miembros más importantes del Partido Estonio de Centro, Raimond Kaljulaid, se ha retirado del partido, alegando diferencias de opinión y la incompatibilidad de la retórica del EKRE con sus propias posturas. A pesar de ser uno de los candidatos que más éxito ha cosechado en las elecciones, Kaljulaid declaró que no podía tener la conciencia tranquila si participaba en una coalición con EKRE. El partido también ha perdido algunos miembros ordinarios, y varias mujeres se han retirado del Isamaa debido a los comentarios machistas de algunos miembros de la nueva coalición gobernante y de los planteamientos sobre el derecho a decidir y el aborto.
El presidente del EKRE y nuevo ministro del Interior, Mart Helme, desató una gran polémica en marzo cuando criticó a los ginecólogos, diciendo que ayudan a asesinar a bebés nonatos mediante la realización de abortos. A raíz de su comentario, la Asociación Médica de Estonia publicó una respuesta.
A finales de abril estalló una nueva polémica después de que Eesti Ekspress, uno de los medios más importantes de Estonia, publicara un largo artículo de investigación sobre las acusaciones de violencia machista agravada contra el nuevo Ministro de Comercio Exterior y TI, Marti Kuusik (EKRE). La violencia machista pasó a un primer plano en los medios de comunicación, con directores de refugios para mujeres y columnistas hombres exigiendo una respuesta adecuada a la situación y una condena inequívoca de la violencia machista por parte de los líderes políticos.
Paralelamente, el Presidente de Estonia, Kersti Kaljulaid, también hizo una declaración pública. El presidente, que lleva años tratando de llamar la atención sobre la cuestión de la violencia machista y la necesidad de un trabajo de prevención, abandonó la cámara parlamentaria porque Kuusik iba a prestar juramento ante el parlamento. El presidente de EKRE y nuevo ministro del Interior, Mart Helme, aprovechó la oportunidad para comentar el incidente durante la primera conferencia de prensa del gobierno, declarando: "Kaljulaid actuó como una mujer emocional, no como un presidente". El comentario machista suscitó fuertes críticas de la opinión pública y causó un gran revuelo incluso en los medios de comunicación extranjeros. El escándalo, que duró unos días, dio lugar a la dimisión de Marti Kuusik y al inicio de una investigación penal contra él.