La Agencia de Protección de Datos neerlandesa recibió en el último año y medio 500 llamadas sobre privacidad en la educación. Los progenitores se enteraron que se compartía información sobre sus hijos con otros colegios y trabajadores sociales, a pesar de que en muchos casos hacía falta su consentimiento (solo en casos de emergencia, por ejemplo cuando existen sospechas de maltrato, no hace falta consentimiento). Muchos colegios no conocen la legislación sobre privacidad. Según Gerrit-Jan Zwenne, catedrático de la misma, la solución es "designar a un responsable de privacidad en cada colegio".