En 2018, el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación celebró la primera vez que la industria en línea había aceptado, de manera voluntaria, normas de autorregulación para luchar contra la desinformación. El Código pretende garantizar una amplia gama de compromisos, desde la transparencia en la publicidad política hasta el cierre de cuentas falsas y la desmonetización de los propagadores de desinformación. El Código de Buenas Prácticas se convertirá en un instrumento de corregulación, tal como se esboza en la Ley de Servicios Digitales.
Los firmantes del Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación, así como los representantes de la Comisión Europea, un equipo de mediadores imparciales y una agencia de apoyo, están trabajando en la revisión del Código para mitigar todavía más los riesgos de la desinformación en línea. El Código revisado tendrá en cuenta las Directrices de la Comisión Europea de 2021 y servirá de marco de corregulación con la próxima Ley de Servicios Digitales. El pasado 1 de febrero, las partes que están revisando el Código se reunieron por primera vez con las organizaciones de la sociedad civil y otras partes interesadas para analizar algunas secciones del borrador.
Sin embargo, el proceso de consulta parece inadecuado y no deja margen para aportaciones significativas en cuestiones de derechos humanos, como la libertad de expresión, las elecciones libres y justas o el acceso a la información. Por eso, algunas ONG han decidido enviar una carta (véase más abajo) para expresar su decepción sobre el proceso de consulta y solicitar la participación real y significativa de las organizaciones de la sociedad civil.
Descarga la carta conjunta de Algorithm Watch, Access Now, EDRi y Liberties.