Durante su visita a Suiza, la presidenta croata Kolinda Grabar Kitarović confirmó en una declaración a la cadena de televisión suiza SFR que la policía croata lleva a cabo devoluciones de migrantes y utiliza la fuerza en la frontera con Bosnia y Herzegovina. Indicó que la información procedía del Ministerio del Interior, del director de la policía y de los agentes sobre el terreno.
El Centro de Estudios para la Paz (CMS) ha exigido una explicación de la declaración del Ministerio de Interior y una aclaración sobre el tipo de fuerza que se ha empleado y de las situaciones específicas en las que se hizo cuando se efectúan devoluciones. El Ministerio aún no ha respondido a la solicitud del CMS, a pesar de que ha transcurrido una semana desde la publicación del informe en la televisión suiza.
Tras las declaraciones de Kitarović, Human Rights Watch publicó una carta abierta a la presidenta croata. El Director de HRW para Europa y Asia Oriental, Hugh Williamson, escribió una carta en la que pedía que se lleve a cabo una investigación y se tomen las medidas necesarias para poner fin a las devoluciones ilegales en las fronteras de Croacia.
Violaciones sistemáticas de los derechos humanos sin respuesta
Williamson apela en su carta asimismo a las alegaciones de la Secretaria de Estado para Asuntos Europeos e Internacionales, Theresa Gras, que, en varias ocasiones ha afirmado que la policía croata ha actuado siempre de conformidad con la ley y que no existen pruebas de violencia ni de devoluciones, y que, las denuncias sobre estas están justificadas con mentiras. Según HRW, la Secretaria de Estado acusó a los activistas croatas de disfrazarse de policías y ocasionar lesiones de forma intencionada a los refugiados para luego acusar a la policía croata de los hechos.
Varias organizaciones no gubernamentales han denunciado públicamente la práctica de las devoluciones violentas, entre otras, el Centro de Estudios para la Paz, Are You Syrious, No Name Kitchen, Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Sin embargo, el Ministerio del Interior hace sistemáticamente caso omiso de las advertencias y las denuncias y los rechaza repetidamente afirmando que no hay pruebas concretas de que se hayan impuesto medidas coercitivas. Resulta revelador que el Ministerio no responda actualmente a las preguntas del Centro de Estudios para la Paz, a pesar de que la presidenta croata ha confirmado que los agentes de policía cometen actos ilegales y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.