Aunque la República Checa es solo un país de tránsito para la mayoría de los migrantes, no es capaz de garantizar su adecuada protección, ni siquiera la de las familias. Las peores condiciones corresponden sobre todo a los centros de detención checos.
Trato degradante
"Los mayores abusos incluyen la privación de la libertad personal de los migrantes, las restricciones de sus movimientos, así como la requisición temporal de su propio dinero o la obligación de residir en condiciones inhumanas y degradantes", declaró Martin Rozumek, director de la Organización de Ayuda a Refugiados.
"Todo internamiento de niños migrantes y de familias con hijos en centros de detención es manifiestamente contrario a las necesidades de los menores y a su derecho a un desarrollo positivo y, en última instancia, puede dar lugar a un trato inhumano o degradante", declaró Anna Hofschneiderova, abogada de la Liga de Derechos Humanos. "La República Checa ha sido criticada por esta práctica durante mucho tiempo, incluso por el Comité de la ONU para los Derechos del Niño y, sin embargo, continúa con las mismas prácticas"
Los voluntarios intervienen
El fracaso del Estado en atender las necesidades de los refugiados que llegan a la República Checa se ha compensado en cierta medida por el trabajo de los voluntarios. Monika Horakova, que es voluntaria en la estación de trenes de Praga, declaraba:
"En la estación central de trenes de Praga solemos encontrarnos con migrantes mentalmente agotados, con frecuencia apenas liberados del centro de detención de Vysni Lhoty, que visten solo con ropa de verano y llevan en el bolsillo una orden de abandonar el país en una fecha determinada. Les ofrecemos alojamiento en nuestros hogares, ocupando el papel del Estado y del ayuntamiento. Esta situación es insostenible, porque el número de las personas que lo necesitan no está disminuyendo. Más bien al contrario ".
10 abusos contra los derechos de las y los niños:
- Los niños y sus familias no deben ser enviados a centros de detención para extranjeros, sin embargo, esto continúa sucediendo;
- Los niños y sus familias deben recibir de inmediato los servicios de intervención de crisis, de psicoterapia especializada y de ayuda social. Los niños vienen de zonas en las que han estado en peligro de sufrir daños graves debido a los conflictos armados, y han padecido numerosas experiencias traumáticas y constantemente han de enfrentarse a nuevas situaciones de estrés;
- Los menores no acompañados deben reunirse con sus familiares en la UE en el menor tiempo posible. La Liga de los Derechos Humanos insta a la cooperación efectiva con el Estado pensando en el bienestar de las y los niños, razón por la cual los trámites tendrán que ser los más breves posibles. Al mismo tiempo, hacemos un llamamiento urgente para garantizar que los menores sean informados de las actuaciones en el momento oportuno y de manera comprensible, y se les tenga al corriente de las novedades para evitar fugas de menores de edad;
- La atención a los menores no acompañados debe garantizarse de una manera apropiada. A su llegada a la República Checa, los menores no acompañados son enviados principalmente a un centro especializado para niños extranjeros dirigido por el Ministerio de Educación. Sin embargo, cuando las instalaciones alcanzan sus límites de capacidad, son internados al azar en la red de guarderías, orfanatos e instituciones educativas de todo el país, con arreglo a las capacidades disponibles. Los niños que han sufrido traumas severos y precisan de una atención especial no deben ser internados en esas instituciones.
- Los niños deben estar suficientemente informados sobre su situación de forma inteligible, en correspondencia con sus derechos de participación.
- Los niños y sus familias deben tener un acceso efectivo a la asistencia letrada. Esta obligación no se cumple en la actualidad. El asesoramiento jurídico es proporcionado por organizaciones sin ánimo de lucro, de carácter voluntario. Estas organizaciones cuentan con personal insuficiente y sus fondos no alcanzan para satisfacer la demanda.
- Los niños y sus familias deben tener garantizados servicios de interpretación asequibles, accesibles y apropiados.
- Los niños deben tener garantizado el derecho a la educación, pero también a participar en juegos y actividades recreativas. En las instalaciones en las que son internados en la actualidad, los niños no tienen acceso a menudo a las actividades más simples adaptadas a su edad y el tiempo de recreo no está permitido. Si el centro no es capaz de ofrecer una actividad de ocio para los niños mismos, la Liga de los Derechos Humanos le insta al menos a permitir el acceso a los servicios de voluntarios de organizaciones no gubernamentales que pueden ayudar a proporcionar actividades para los niños.
- En cualquier centro para menores y sus familias, es necesario reducir al mínimo la invasión de la privacidad. En la actualidad, los niños y las familias migrantes terminan a menudo en instituciones que requisan sus teléfonos móviles, a pesar de que es el único vínculo que muchos de ellos tienen con otros miembros de la familia y con el mundo exterior.
- Es necesario apelar a una actitud humana - y no represiva - por parte del personal de la institución. Los centros de detención se basan principalmente en un enfoque represivo hacia los internos. Los niños están expuestos al miedo y la inseguridad, y a menudo son víctimas de un comportamiento abusivo por parte del personal. Por el contrario, en un entorno as los niños deberían tener la oportunidad de jugar, lo que les ayudaría a hacer frente a su situación.