El 20 de junio, los activistas de #NotInMyNam organizaron una protesta pacífica enfrente del centro de detención de 127bis, en la ciudad de Steenokkerzeel, Bélgica.
Periodistas detenidos
Más de 100 personas bloquearon el acceso a las instalaciones, que pronto se convertirán en un centro de detención para familias, incluso para niños.
Los manifestantes enviaron un mensaje claro: nada podrá justificar jamás la detención de familias en un centro de este tipo, y nada justificará tampoco detener a niños.
Los periodistas de la cadena de televisión RTBF cubrieron la protesta, que, a pesar de que se desarrolló de forma pacífica, acabó con la detención arbitraria de dos periodistas y tres técnicos y la incautación de parte del euipo de grabación.
Dos conclusiones
La primera conclusión que se puede extraer del hecho es que no podemos tolerar que se impida que los periodistas hagan su trabajo, pues la libertad de prensa es un principio fundamental de la democracia.
Un obstáculo de este tipo a la libertad de información en Bélgica resulta especialmente preocupante y contribuye al deterioro de valores que son fundamentales en un Estado de derecho.
La segunda observación es que, frente a una política tan inhumana y radical del Gobierno belga, que incluye la detención de niños, y viola claramente los derechos humanos básicos, la respuesta radical de los ciudadanos, con una acción de desobediencia civil, no solo es legítima sino también inspiradora.
No lo toleraremos nunca
La Liga Belga de Derechos Humanos (LDH), miembro de Liberties, quiere expresar su apoyo a quienes denuncian que la detención de niños en centros de detención cerrados es totalmente inaceptable.
LDH reafirma su oposición ante la apertura de estos centros cerrados y, por extensión, a la detención de niños en los mismos.
Nunca toleraremos la detención de niños.
Nunca toleraremos que se impida a los periodistas
de hacer su trabajo.
Punto.