Una escasa mayoría de diputados votó el 21 de noviembre en contra de mantener la Carta de Derechos Fundamentales tras el Brexit. La votación, que terminó con 311 votos a favor y 301 en contra, supuso una victoria para el gde Theresa May que considera innecesario mantener esta carta porque lo que hace es codificar derechos a los que se puede acceder a través de otros instrumentos legales. Sin embargo, los críticos argumentan que abandonar la Carta supone un riesgo innecesario que podría debilitar la protección de los derechos de muchas personas.