El 23 de enero se presentaron ante el Parlamento Europeo los resultados del Índice de Educación Inclusiva LGTBIQ y un informe elaborado por IGLYO, una organización internacional de jóvenes LGTBIQ. Según los datos, Lituania ocupa el puesto 30 entre los 47 Estados miembros del Consejo de Europa.
Las recomendaciones que recibe Lituania explican algunos de los problemas: ni la legislación ni los programas gubernamentales ofrecen libertad de identidad sexual o de expresión. La situación empeora mucho más con la Ley de protección de menores ante los efectos negativos de la información de dominio público, que prohibe toda difusión pública de información sobre relaciones no heterosexuales.
Cuando la única defensa es la autodefensa
Un estudio de LGL en 2015 mostró que más de la mitad del alumnado no heterosexual recibe acoso verbal e insultos; ese mismo porcentaje (el 52%) afirma que el profesorado no interviene en casos de acoso por orientación sexual o por identidad de género.
Ante la falta de una protección futura, muchos estudiantes homosexuales y bisexuales consideran que solo se pueden defender ellos mismos contra el acoso homófobo. Solo unos cuantos (el 16%) acudirían a personas adultas si lo necesitan (la mayoría acudiría primero a sus amistades).