Los líderes de las economías más fuertes del mundo, reunidos en Italia para la cumbre del G7, decidieron reconocer la igualdad de género como un derecho humano, tras la oposición inicial de Estados Unidos. La inclusión de una referencia a los "derechos humanos" en la declaración del G7 marcó un importante cambio de rumbo por parte de la administración de Trump, que se había opuesto a una declaración que se comprometiera a promover la igualdad de género como derecho humano. Un gran triunfo diplomático para el primer ministro canadiense Justin Trudeau, cuyo gobierno impulsó la propuesta.