Investigadores de las universidades de Stanford y Princeton han concluido que es posible identificar al 72 % de los usuarios comparando su historial de navegación con información de redes sociales. El proyecto logró averiguar identidades de 374 historiales anónimos, siguiendo las conexiones entre enlaces compartidos en Twitter y la probabilidad de que un usuario priorice las recomendaciones personales. Esto es preocupante porque, aunque no se puede acceder al historial directamente, los corredores de datos pueden recopilarlos con cookies y reidentificación de comportamientos potenciales.