La ley italiana autoriza el aborto hasta el noveno día de embarazo, pero más del 70% de los médicos que practican obstetricia y ginecología se niegan a realizar abortos alegando motivos morales, como permite la ley a través de la "objeción de conciencia".
No hay dónde acudir para recibir ayuda
El problema es que en algunas zonas rurales del país, la tasa de médicos objetores puede llegar al 90% en los hospitales públicos. En Sicilia, por ejemplo, el 89,1% de los médicos objetan, y esta cifra alcanza el 89,7% en Molise.
El impacto de esos obstáculos es enorme: las asociaciones de mujeres y la prensa a menudo denuncian y publican historias de mujeres que luchan por ejercer su derecho legítimo al aborto.
El año pasado, una mujer visitó 23 hospitales públicos en el Véneto (noreste de Italia) antes de encontrar un médico que accediera a realizar su aborto, y otra mujer tuvo que abortar sola en el baño de un hospital porque el turno del único médico no objetor había terminado, y el que estaba de guardia era objetor y se negó a ocuparse de ella.
Esta grave situación ha suscitado muchas preocupaciones, la más reciente del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
Presión católica y desinformación
A día de hoy, el 15% de la población italiana cree que el aborto no debería ser legal, o salvo en los casos en los que la vida de la madre esté en riesgo. Estas opiniones a menudo están arraigadas en creencias religiosas, y la Iglesia Católica trabaja incansablemente para evitar la contratación de médicos no objetores.
De hecho, navegando por Internet, se pueden encontrar múltiples sitios web que, bajo el pretexto de proporcionar información sobre el aborto y su práctica, dan información falsa y promocionan videos que buscan escandalizar y conmocionar al público (como “The silent scream", una película estadounidense producida en 1984 con el apoyo del grupo NARAL Pro-Choice America).
Al jugar con las emociones de la gente y generar información y datos falsos y manipulados, estos sitios web intentan influir sobre el deseo de abortar de una mujer.
Mientras que algunos países, como Francia, han ilegalizado la interferencia sobre el aborto o las campañas de propaganda e información falsa, en Italia no existe una ley parecida y es difícil encontrar información científica y objetiva real sobre el aborto.
Abortos peligrosos e ilegales
Uno de los problemas más graves causados por esta imposibilidad de las mujeres a ejercer su derecho a abortar, teóricamente protegidas por la ley, es el número creciente de abortos ilegales. Efectivamente, como se ha demostrado en muchas otras regiones del mundo, el hecho de no poder abortar de forma segura y legal no evita que las mujeres interrumpan embarazos no deseados.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 49% de las prácticas de aborto en el mundo en 2008 se realizaron de forma ilegal, una cifra que supera la de 1995, cuando fue "solo" el 44%.
El problema es que los abortos ilegales se practican con métodos medievales y peligrosos. También crecen cada vez más las instrucciones para abortos DIY (Hazlo Tú Misma) en internet, frecuentemente recogiendo elementos de las culturas locales. Promueven distintas "recetas", como mezclas de hierbas o cócteles extraños con Coca-Cola, jugo de limón y bicarbonato de sodio.
Estos métodos evidentemente son muy peligrosos y ponen en riesgo la salud de la mujer: cada 9 minutos muere una mujer en el mundo por un aborto ilegal (es decir, 47.000 muertes que podrían evitarse cada año).
"Una batalla entre la Iglesia y el Estado"
En Italia, las cifras estimadas son de aproximadamente 12.000 a 15.000 abortos ilegales al año. Esto se debe especialmente a las objeciones de conciencia de los médicos, que dejan a los médicos no objetores en una minoría muy pequeña.
Por ello, el presidente de la región del Lacio, donde las mujeres luchan por acceder al aborto, ha hecho un llamamiento para contratar a dos médicos no objetores que puedan satisfacer la demanda. Esto demuestra el deseo de un funcionario público de garantizar el acceso de las mujeres al aborto y que puedan ejercer un derecho que es suyo, pero la Iglesia Católica lo ha condenado firmemente, calificándolo de "asesinato".
"En Italia, la influencia del Vaticano es muy fuerte", señala Elisabetta Canitano, miembro de Laiga y directora de la campaña por la salud de las mujeres Vita di Donna. "La Iglesia siempre se ha interesado por la salud y la educación, esta es una batalla entre la voluntad de la Iglesia y la del Estado, y la Iglesia está ganando".
¿Hasta cuándo hay que esperar para que cambien las cosas y se proteja el derecho de las mujeres a la autodeterminación y a la salud en la práctica y no solo en la teoría?