Para miles de refugiados, especialmente africanos, el Centro Baobab en Roma fue la primera parada donde encontraron algo de descanso y protección. Aunque la mayoría permanecían unos días y seguían su camino hacia el norte de Europa, este centro supuso un apoyo vital. A pesar de ello, la "Experiencia Baobab" ha sido desmantelada por decimoctava vez, tanto el campamento, como los efectos personales y documentos oficiales de los migrantes fueron destruidos. Pero esto no ha frenado a los voluntarios: volvieron a ocupar el lugar inmediatamente y seguirán tratando de dar una acogida a los migrantes.