Mientras dicen que han cerrado la denominada ruta de los Balcanes, la principal vía de entrada de refugiados en Europa, los líderes europeos están dejando a cientos de miles de ellos en Grecia.
Desde que Macedonia, Croacia y Eslovenia clausuraron sus fronteras, una tragedia humanitaria se está produciendo en Idomeni, donde están atrapados hombres, mujeres y niños, viviendo en condiciones terribles.
Los gobiernos europeos parecen orgullosos de su acuerdo con Turquía, que prevé la devolución de los nuevos migrantes a ese país, y afirman que "los flujos irregulares de migrantes a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales ha llegado a su fin".
Sin embargo, no existe un plan para cuidar de los migrantes que están actualmente atascados en Grecia, y los que llegan todos los días, y la migración irregular probablemente continuará, aunque a través de otras rutas que encierran diferentes peligros para los migrantes.
El camino hacia Europa será más arriesgado
Los refugiados no pueden abandonar simplemente su viaje y no lo harán, por lo que tendrán que elegir caminos diferentes. Sin duda tratarán de llegar a la costa de Albania para cruzar el Adriático hacia Apulia (Italia). Es una ruta bien conocida en Italia, ya que fue utilizada por los migrantes albaneses en la década de los noventa.
Ahí la amenaza a los migrantes es mucho mayor. Deberán recurrir una vez más al contrabando y el trayecto de 50 millas (80,5 km) es más peligroso que el mar Egeo, donde demasiados migrantes han muerto ya. Por otra parte, Italia y Albania no están en absoluto preparadas para gestionar un aumento del flujo migratorio.
Las políticas europeas, en lugar de resolver la crisis migratoria, están empeorando la situación. Los refugiados tienen que embarcarse en viajes más peligrosos y clandestinos. Si la travesía entre Albania e Italia no es segura, hay caminos aún más peligrosos que también se considerran, como por ejemplo de Grecia o incluso Turquía a Italia, o de Egipto a Lampedusa.