El domingo pasado, el holandés Ang Kiem Soei fue ejecutado en Indonesia. Ang fue condenado a muerte en 2003 por su presunta implicación en la producción de éxtasis y fusilado junto con otras 5 personas también condenadas por delitos de drogas. Según el ministro neerlandés de Asuntos Exteriores, Bert Koenders, usaron todos los medios posibles: legales, diplomáticos, negociaciones bilaterales, y también dentro del contexto europeo, para convencer a las autoridades indonesias de que no llevaran a cabo la ejecución. El rey Willem-Alexander se ha puesto en contacto con el presidente Joko Widodo.