Ofrecer un hogar a los refugiados es parte de la cultura holandesa, afirma el rey Guillermo Alejandro, quien percibe su propio papel en la sociedad como federador, representante y animador. El monarca desea estar ahí para las personas necesitadas, con los refugiados pero también con los ciudadanos holandeses que se sienten amenazados. El rey habla a menudo con refugiados, aunque frecuentemente en reuniones a puerta cerrada. La reina Máxima ha subrayado también que ella y su esposo han realizado de manera asidua visitas de trabajo a los refugiados.