Esta semana comenzó el Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia. Un cambio de rumbo por parte del Vaticano se divisa a través de un documento oficial aunque no definitivo. La Iglesia católica abre la puerta a los homosexuales, católicos solteros que viven juntos, así como católicos que están divorciados pero quieren casarse o participar en otras ceremonias religiosas. El Papa Francisco inició este proceso el año pasado invitando a los líderes de la Iglesia y los creyentes de todo el mundo para explicarles cómo lidiar con cuestiones como la convivencia, el divorcio y la homosexualidad.