En Italia, la cuestión de la inmigración jugó un papel importante en el debate público que precedió a las elecciones del 4 de marzo de 2018. Este debate extremadamente polarizado planteó, entre otras cuestiones, la criminalización de la solidaridad y simplificó excesivamente fenómenos complejos.
Al igual que otros países europeos, Italia está cada vez más preocupada por la identidad nacional y la pertenencia, la relación entre los migrantes y la comunidad de acogida, y la pérdida de control sobre sus fronteras meridionales. No obstante, a pesar de la creencia generalizada de que la inmigración tiene consecuencias negativas para el país, un porcentaje considerable de italianos muestra solidaridad y empatía hacia los extranjeros.
Este es uno de los resultados que destaca en el estudio "Entender al 'centro preocupado' en Italia”. El estudio, encargado por Social Change Initiative en colaboración con More in Common, analiza el debate político nacional, las dinámicas de la opinión pública y la respuesta de la sociedad civil en cinco países: Alemania, Francia, Países Bajos, Italia y Grecia. En Italia, la investigación fue realizada por Ipsos.
El miembro de Liberties la Coalición Italiana por las Libertades y los Derechos Civiles (CILD) decidió colaborar en el proyecto y presentó un avance del estudio durante el Festival de Periodismo Internacional en Perugia.
Desglose de la población italiana
La investigación ha identificado siete "segmentos" en la sociedad italiana. La gente de cada segmento tiene distintas ideas respecto de la identidad y la pertenencia, y comparten valores "abiertos" o "cerrados" sobre la inmigración, los refugiados y la diversidad. En Italia, el grado de diversificación en las opiniones de la población es mayor que en los otros tres países tratados en el estudio realizado por More in Common.
Los individuos pertenecientes a dos de los segmentos tienen valores más abiertos y se muestran más favorables hacia los migrantes (28% de la población), mientras que otros dos segmentos tienen valores más cerrados y se muestran en contra de los recién llegados (24% de la población). Los tres segmentos restantes (48% de la población) pertenecen a lo que a veces se denomina como "centro indeciso" o "centro preocupado". Con excepción de algunos rasgos distintivos que caracterizan a la opinión pública en Italia, en términos generales estos resultados coinciden con los estudios realizados en Francia, Alemania y Países Bajos.
En todos los países que han intervenido, un porcentaje considerable de la población pertenece al grupo "intermedio", que no comparte por completo las opiniones de ningún segmento periférico.
Identidad cultural en peligro y descontento creciente
El estudio confirma diversos factores que son parte del relato cotidiano sobre Italia: el descontento generalizado con el statu quo, una profunda desconfianza en las élites y la abrumadora creencia de que la globalización ha tenido consecuencias negativas para el país y su economía. La frustración por la situación política puede deducirse por el alto porcentaje (73%) de aquellos que piensan que a los partidos tradicionales y a los políticos no les importan los ciudadanos comunes. El 60% de los italianos opina que la sociedad ha empeorado durante el último año y el 43% predice que en los próximos cinco años, la situación seguirá empeorando. A pesar de la preocupación sobre la gestión y el impacto de los flujos migratorios, la mayoría de los italianos no tiene una postura extrema respecto a los migrantes.
Muchos italianos siguen queriendo acoger a los extranjeros, también a los inmigrantes y refugiados, y la abrumadora mayoría (72%) está a favor del derecho de asilo y del derecho de estas personas a ser acogidos en otros países, incluida Italia.
Este estudio supone un punto de partida: si escuchamos y comprendemos de una forma más eficaz las diferentes opiniones de los ciudadanos, será posible desarrollar un nuevo relato sobre estos temas, movilizar a la población italiana y construir una sociedad más inclusiva, solida y abierta.