Hungría sigue formando parte de la Unión Europea, pero sus acciones contradicen los principios fundamentales de la Unión. Las elecciones, aunque se celebran en intervalos regulares, no son ni libres ni justas. A pesar de que existen instituciones constitucionales, no funcionan como tales; es decir, no proporcionan un equilibrio y ejercen un control sobre el poder gubernamental, al contrario, se limitan a favorecerlo.
Lee el informe completo sobre esta cuestión, elaborado por cinco ONG húngaras: Eötvös Károly Policy Institute, Comité Helsinki de Hungría, Hungarian Civil Liberties Union, K-Monitor, Mérték Media Monitor.
De acuerdo con el informe, aunque en Hungría se celebran elecciones de forma regular, no se organizan para proporcionar una competencia política libre y justa, sino para ratificar el control del poder del gobierno.
El gobierno húngaro, con sus acciones y su retórica, ha dejado claro que cualquier crítica al gobierno es un ataque a la nación, y por ello debe ser excluida de los debates sobre asuntos públicos. Asimismo, ha organizado campañas dirigidas directamente a sus críticoscon el fin de desacreditarlos.
Según el informe, el gobierno húngaro ha mirado a otro lado en múltiples ocasiones en las que distintas personas a título individual han realizado tareas policiales de forma ilegal, como la protección de la frontera u otras responsabilidades estatales, en las que han recurrido a la violencia contra otros ciudadanos. En otras ocasiones, ha externalizado deliberadamente funciones estatales para que los derechos fundamentales que limitan el campo de acción del Estado no se aplicaran en situaciones delicadas políticamente.