La intolerancia y la corrupción, junto con el alza en las tasas de desempleo y pobreza, alimentan el extremismo y los conflictos en los 47 países miembros del Consejo de Europa, la agencia vigilante de derechos humanos basada en Estrasburgo

"Europa está sumida en su peor crisis de derechos humanos desde la guerra fría," advirtió Thorbjorn Jagland, Secretario General del CoE, en el titular de una nota de prensa en la cual afirmaba que la falta de controles democráticos, medios de comunicación libres y un poder judicial independiente han causado corrupción y abuso de poder en el continente europeo, tanto dentro como fuera de la UE.

Las estadísticas en el informe indican que 39 de Estados miembros del CoE enfrentan problemas graves de discriminación, 30 son culpables de tener condiciones de detención por debajo de lo aceptable, incluyendo el hacinamiento de cárceles, mientras la corrupción en 26 países es lo suficientemente alta para considerarse prevalente y en 20 estados se observan abusos policiales graves, entre otras violaciones.

La agencia vigilante de derechos humanos adscribe como solución visitas más frecuentes de monitoreo en aquellos lugares donde se percibe que persisten violaciones graves de derechos humanos. También expresa la necesidad de desarrollar mecanismos de monitoreo que puedan operar en zonas cuestionadas.

En cuanto a la prevención de las violaciones de la libertad de expresión y libertad de reunión y asociación, el CoE pide un mecanismo de vigilancia capaz de reaccionar rápidamente a desafíos urgentes, informar al Comité de Ministros y formular recomendaciones.

Otra preocupación es la creciente amenaza de desigualdad impulsada por la crisis económica en Europa. En este sentido, la Carta Social Europea (ESC) debe tener mayor prioridad y debe fortalecer sus mecanismos de supervisión.

Preocupaciones principales en materia de derechos humanos (número de Estados donde se registra problemas):

Discriminación de minorías nacionales/étnica (39 Estados miembros)

Condiciones de detención, incluyendo hacinamiento (30 Estados miembros)

Corrupción (26 Estados miembros)

Malos tratos infligidos por agentes de la ley (23 Estados miembros)

Exclusión social y discriminación de gitanos (23 Estados miembros)

Implementación y funcionamiento del poder judicial (20 Estados miembros)

Deficiencias en los derechos de migrantes y solicitantes de asilo (20 Estados miembros)

Excesiva duración de procesos (11 Estados miembros)

Tráfico de personas (11 Estados miembros)

Falta de libertad de expresión y libertad en medios de comunicación (8 Estados miembros)

El informe señala dos principales preocupaciones generales relacionados con garantizar los valores democráticos y el estado de derecho: en primera instancia existen normas del CoE sin implementar, porque no hay mecanismos específicos existentes que lo aseguren, por ejemplo en el área de la libertad de expresión. En segundo lugar, algunos estándares son supervisados por dos o más cuerpos independientes cuyas competencias se superponen parcialmente.

En la búsqueda de una solución para estos problemas, Jagland escribió: "hago un llamado a los líderes europeos para aprovechar la oportunidad ofrecida por este informe para fortalecer el sistema implementado por nuestro Convención de carácter singular. Considero el diálogo bilateral constructivo entre Estados miembros, dentro del contexto de este informe, como muy alentador", señalando que "para prevenir una recurrencia de nuevas crisis, todos los Estados miembros deben completamente e inequívocamente volver a comprometerse con la Convención Europea de derechos humanos y otras convenciones fundamentales de nuestra organización".

Para proteger el estado de derecho, los principios democráticos y los derechos humanos, el CoE pide un nuevo sistema de seguridad paneuropeo. Jagland, en preparación para ello, invitó a los líderes a una cumbre del Consejo de Europa en 2015 dedicada a la seguridad democrática.

Pincha aquí para ver el informe completo del CoE.