La policía de fronteras polaca utilizó medidas coercitivas directas y gas lacrimógeno contra personas que se encontraban en el centro de migrantes de Biała Podlaska. Entre los que necesitaron atención médica tras la actuación policial, hubo mujeres y niños. La Fundación Helsinki para los Derechos Humanos ha pedido al Ministerio del Interior y a la Fiscalía Nacional que realice una investigación exhaustiva de los hechos.