Un dictamen judicial húngaro reciente demostró cómo se puede actuar contra el racismo y la exclusión mediante la ley. La sentencia del Tribunal de Apelaciones de Budapest sostuvo que era ilegal segregar a los niños romaníes en la escuela primaria pública de Gyöngyöspata. La decisión también determinó que, como consecuencia, los niños romaníes habían recibido una educación de calidad inferior que la de sus pares, lo cual supone una discriminación. Todas estas circunstancias constituyen violaciones de la Ley de Igualdad de Trato.