La policía insertó un catéter a la fuerza a una detenido por conducción ebria
En 2010 un hombre se puso en contacto con HCLU para solicitar ayuda legal tras haber sufrido maltrato en una detención policial. Contó que había estado involucrado en una pelea en un bar. La policía lo encontró en su coche enfrente de su casa y quiso realizarle una prueba de alcoholemia porque olía a alcohol. Él se negó. Le arrestaron y se lo llevaron esposado a la sala de emergencias para hacerle análisis de sangre y orina. Cuando dijo que no podía orinar, la policía le pidió al médico que le aplicara un catéter, a pesar de que él se opuso firmemente. Tras el incidente, recibió una pena suspendida de nueve meses de cárcel por conducir bajo los efectos del alcohol. HCLU le respresentó en su juicio.
El hombre presentó una denuncia ante el Órgano Independiente de Denuncias de la Policía por la cateterización forzada. En el juicio se estableció que la toma de muestras de orina mediante la cateterización forzada de la vejiga supone una vulneración grave de su derecho a la dignidad humana, la integridad física y la salud, así como de su derecho a un procedimiento justo. Sin embargo, el Comisionado de la Policía Nacional desestimó la denuncia, aunque en la decisión no se mencionaba la forma en que le esposaron ni que se había opuesto al uso del catéter. HCLU recurrió ante el Tribunal Administrativo y Laboral de la Capital y la Curia, pero fue desestimado, por lo que recurrió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Una práctica que viola la integridad física y mental
Según la sentencia unánime del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el análisis de orina forzado mediante sonda constituye una grave violación de la prohibición de los tratos inhumanos o degradantes. El Tribunal estableció que las autoridades violaron gravemente la integridad física y mental del hombre, cuando un análisis de sangre habría sido suficiente para determinar la influencia del alcohol. El Tribunal ha dictaminado que Hungría deberá pagar 9.000 euros por daños morales y otros 4.080 por gastos y costas del juicio.
HCLU recibe solicitudes todos los años de asistencia jurídica en casos en los que alguien ha sido sometido a cateterismo forzado. Basta un poco de sentido común para ver que este procedimiento no solo es extremadamente humillante, sino que además es innecesario, pues se pueden utilizar análisis de sangre para hacer la misma prueba. Aun así, ninguna decisión judicial ha apoyado la posición adoptada por HCLU. Tampoco existe una sentencia parecida en la jurisprudencia del TEDH. HCLU confía ahora en que la presente sentencia ponga fin a esta práctica policial abusiva de una vez por todas, no solo en Hungría sino en toda la UE.