La última edición del informe de CIVICUS Monitor (con quien Liberties trabaja como socio de investigación), publicada hoy, revela una tendencia preocupante. De acuerdo con los datos, hay 24 países cuyo espacio cívico clasifican como cerrado, 38 con un espacio represivo y 49 con un espacio obstruido. Tan solo 43 países reciben una calificación abierta, y en 42 el espacio se ha visto reducido. El nuevo informe, titulado People Power Under Attack 2019, muestra que las libertades fundamentales de asociación, reunión pacífica y expresión están retrocediendo en todo el mundo. En el espacio de un año, se ha duplicado el número de personas que vive en países donde estas libertades civiles están siendo violadas: el 40% de la población mundial vive ahora en países represivos; mientras que el año pasado era el 19%.
Desde la edición anterior de este informe, publicado en noviembre de 2018, el espacio para el activismo se ha reducido: solo el 3% de la población mundial vive actualmente en países con un espacio cívico abierto. Durante el mismo período, nueve países han cambiado su calificación: dos han mejorado su espacio cívico, pero siete lo han empeorado. Es decir, que la represión del activismo cívico pacífico sigue ahondando una crisis para la sociedad civil en la mayor parte del mundo.
Según el informe, 2019 ha sido a nivel global un año de protestas y de retrocesos de las libertades como respuesta a las mismas. Según las 536 actualizaciones del CIVICUS Monitor, el derecho fundamental a la reunión pacífica está siendo atacado de manera importante. Los datos revelan que, a nivel mundial, tanto los Estados como agentes no estatales han empleado una fuerza injustificada y excesiva para dispersar protestas y detener a los manifestantes pacíficos. Entre octubre de 2018 y el 11 de noviembre de 2019, 96 países de todo el mundo utilizaron la detención de manifestantes, la interrupción de las protestas o el uso excesivo de la fuerza para impedir que las personas ejercieran plenamente su derecho de reunión pacífica. Sin embargo, el informe destaca también como punto positivo que, pese a a la represión, la acción ciudadana no parece haberse disuadido.