La investigación contra siete oficiales de la marina italiana y de la guardia costera por presuntos delitos de omisión del deber de socorro y homicidio involuntario continúa. Los presuntos delitos ocurrieron el 11 de octubre de 2013, cuando un barco con cientos de migrantes se hundió cerca de la costa de Lampedusa.

El juez encargado de la investigación preliminar, Giovanni Giorgianni, ha ordenado una nueva investigación sobre la actuación de la tripulación del buque de la marina italiana Libra, y en concreto sobre su comandante, Catia Pellegrino. También ha pedido al fiscal que solicite cargos contra el comandante de operaciones de la marina, Luca Licciardi y contra el jefe de la central de operaciones de la guardia costera, Leopold Manna. La resolución del magistrado se dictó el martes pasado.

Llamadas SOS

El barco pesquero de migrantes, que previamente había sido tiroteado por una lancha a motor libia, mandó varias señales desesperadas de SOS. Estas llamadas de socorro fueron detectadas por el Libra, y ahora sirven como prueba de que el buque estaba al tanto de la situación de emergencia. El Libra estaba a 20 millas del barco pesquero cuando se hicieron las llamadas de socorro, si bien el barco de migrantes estaba técnicamente dentro de la zona de búsqueda y rescate de Malta.

Como señaló la disposición del juez, el comandante del Libra declaró que en numerosas ocasiones los barcos italianos habían intervenido en la zona de búsqueda y rescate de Malta, una zona demasiado grande y compleja para que la vigile la marina de Malta. Sin embargo, en este caso el Libra no intervino ni siquiera a pesar de que Malta les pidiera ayuda explícitamente enviándoles un fax al barco. El mensaje destacaba lo inestable que era el barco de migrantes y lo sobrecargado que estaba, sin dejar duda alguna sobre la seriedad de la situación.

El barco de migrantes volcó tras estar a la deriva -solo a unas millas del Libra- durante cinco horas. Según el registro de comunicaciones del Libra, el mando de la marina responsable de las operaciones en el Mediterráneo llamó al buque y le ordenó que se alejara; es decir, que se escondiera del barco de migrantes.

Un total de 268 personas, incluidos 60 niños, murieron a consecuencia del naufragio.

Una tragedia evitable

De acuerdo con la disposición del juez "Resulta evidente que si se hubiera emitido una orden urgente para avanzar a la máxima velocidad en la dirección del barco de los migrantes (como la que siguió inmediatamente después de la noticia del naufragio) justo después del fax que se envió a las 16:22 desde Malta, el Libra podría haber llegado al lugar donde estaba el barco, incluso antes de que naufragara, o en cualquier caso, podría haber evitado las devastadoras consecuencias".

El juez decidió retirar las denuncias contra los oficiales de la guardia costera Clarissa Torturro y Antonio Miniero y el capitán de fragata Nicola Giannott porque, obedecieron órdenes bajo un sistema sumamente jerarquizado.

Loa abogados Arturo Salerni y Mario Angelelli, que trabajan para el equipo jurídico sin ánimo de lucro Progetto Diritti y que defienden a algunos miembros de las familias de las víctimas, esperan que en el proceso se esclarezca quiénes son los responsables de las muertes de las más de 260 personas, incluidos 60 niños.

La trágica historia del naufragio ha sido plasmada en el documental de Fabrizio Gatti 'Un destino único: tres padres y el naufragio que cambió la historia', que muestra nuevas pruebas sobre el clamoroso retraso en el rescate.