"¿Por qué debo respetar a un dios caprichoso, mezquino y estúpido que crea un mundo tan lleno de injusticia y dolor?"
Estas son las ahora célebres palabras del comediante Stephen Fry, que reavivaron el debate sobre el delito constitucional de blasfemia en Irlanda en 2015. Las pronunció sin disculparse en la televisión nacional, lo que le costó una denuncia en virtud de la Ley de Difamación, que prevé sentencias penales por declaraciones blasfemas. La policía investigó su comentario pero en 2017 decidió no iniciar un proceso judicial, pues no logró encontrar una masa crítica de víctimas.
La sociedad irlandesa vota a favor de eliminar la blasefemia de los estatutos
El Irish Council for Civil Liberties [Consejo Irlandés para las Libertades Civiles] acogió con gran satisfacción el triunfo aplastante del voto a favor de eliminar la blasfemia como delito constitucional la semana pasada. También nos llena de satisfacción pues lo entendemos como un paso más en el camino hacia la modernización de nuestro país, con un pasado incondicionalmente católico. Es la segunda vez este año que nos hemos liberado de la ortodoxia católica, tras la votación en mayo para revocar la octava enmienda que prohíbe el aborto. Y la tercera vez en tres años que se aprueba una votación tan importante: en 2015, votamos por la igualdad matrimonial.
Sin embargo, esta vez, durante nuestra campaña de referéndum, nos sorprendió una situación que no nos había ocurrido nunca antes: todas las iglesias principales compartían con nosotros la misma postura. Su petición del voto por el "sí" se basaba en un postura de solidaridad con personas como Asia Bibi, condenada a muerte por blasfemia en Pakistán. También compartíamos la misma postura con otros grupos como Atheist Ireland [Irlanda Atea] y Separate Church and State [Separación de Iglesia y Estado], que abogan por una ideología secular.
Irlanda carece todavía de una legislación sobre delitos de odio
Nuestra postura está fundada en la creencia fundamental de la importancia del principio de la libertad de expresión. Esta ha sido nuestra postura sobre la blasfemia durante muchos años. Siempre hemos defendido que las ideas y las instituciones tiene que poder ser cuestionables y, por supuesto, también estar sujetas a la burla. Sin embargo, también hemos defendido que se proteja a las personas de los discursos que incitan al odio contra ellas y, durante nuestra campaña, hemos pedido asimismo la introducción de una legislación sobre delitos de odio, que en la actualidad es una laguna evidente en la legislación irlandesa.
Ahora el gobierno debe derogar las secciones 36 y 37 de la Ley de Difamación de 2009, que definen el delito penal de blasfemia. Sin embargo, seguimos pidiendo a nuestros dirigentes que vayan más allá y promulguen una legislación sobre los delitos de odio, de conformidad con las recomendaciones formuladas por una Convención Constitucional de ciudadanos en 2014.
Irlanda tiene una de las tasas más altas de delitos de odio en la UE
Durante el año 2018, hemos publicado un informe comparativo sobre delitos de odio en cinco Estados miembros de la UE: República Checa, Inglaterra y Gales, Irlanda, Letonia y Suecia. El informe revela que Irlanda tiene uno de los índices más altos de estos delitos en la Unión, especialmente contra personas transgénero y de origen africano. Sin embargo, no existe una legislación que lo aborde, lo que implica en la práctica que, entre el momento en que una persona denuncia un delito de odio y el de la sentencia, el elemento de odio del delito en cuestión acaba desapareciendo del proceso.
Las repercusiones son muchas y graves. No hay forma de registrar los delitos de odio, por lo que no se dispone de estadísticas fiables. Tampoco hay forma de registrar a los delincuentes en serie. La policía no está formada adecuadamente para tratar con las víctimas de delitos de odio. De esta forma, el mensaje de odio tiene un impacto fuerte sobre toda la comunidad.
Irlanda debe ajustarse al marco de la UE en materia de delitos de odio
Las víctimas de delitos de odio en Irlanda no sienten que reciban ningún apoyo, pero sí maltrato y odio.
La legislación europea e internacional en materia de derechos humanos obliga a Irlanda a disponer de un marco sólido para responder a los delitos de odio y prevenirlos. El Irish Council for Civil Liberties ha pedido al Gobierno que adopte medidas inmediatas para coordinar la respuesta de los distintos órganos estatales hacia los delitos de odio, y que elabore una legislación para proteger a los ciudadanos de este tipo de delitos.
Pues consultar aquí el Informe sobre el ciclo de vida de un delito de odio: https://www.iccl.ie/hatecrime/
Puedes apoyar al Irish Council for Civil Liberties aquí: iccl.ie/donate