Un pakistaní de 57 años, que lleva muchos años viviendo en Italia, está ahora mismo preso en la cárcel de Rebibbia, en Roma, para cumplir una sentencia por tráfico de drogas por un hecho de hace 19 años. Durante esos 19 años, Iqbal Muhammad llevó una vida honrada, formó una familia y nunca trató de esconderse de la justicia. No es el mismo hombre que era hace dos décadas, pero ahora debe pasar casi 10 años en la cárcel por una violación evidente del Artículo 6 del Convenio de Derechos Humanos (derecho a un proceso equitativo). La única esperanza que le queda es un indulto presidencial.