El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, ha escrito al ministro de Interior italiano, Marco Minniti, para que le dé explicaciones sobre el despliegue de buques italianos en aguas libias, cuya misión es apoyar al país norafricano en su lucha contra el tráfico de personas.
Esto forma parte de una serie de acuerdos entre Libia e Italia, entre ellos un acuerdo entre la Guardia Costera libia y la Marina italiana para realizar operaciones conjuntas e intentar reducir el número de migrantes que llegan a las costas italianas. El gobierno italiano también ha pedido ayuda a las milicias libias para frenar los flujos migratorios a cambio de dinero y apoyo logístico.
'Verdadero riesgo de tortura'
En su carta al ministro del Interior italiano, Muiznieks le pregunta cómo tiene pensado garantizar la protección de los migrantes interceptados en aguas territoriales libias y enviados a los campos de detención infernales del país. Quiere saber específicamente "qué medidas preventivas ha puesto en marcha Italia para garantizar" que los migrantes interceptados no sean sometidos a torturas ni a tratos inhumanos.
Muiznieks subrayó: "A la luz de los recientes informes de Naciones Unidas y de diversas ONG sobre la situación actual de los migrantes en Libia, que describen un panorama, que no me parece menos preocupante que en 2012, entregar a la gente a las autoridades libias u otras organizaciones en Libia les puede exponer a un riesgo real de tortura, trato inhumano o degradante o castigo".
Además, el comisario de derechos humanos preguntó a Italia si "tras la reciente adopción del Código de Conducta para las ONG que participan en operaciones de rescate de migrantes en el mar, […] las medidas para garantizar que las operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo se pueden seguir llevando a cabo de manera efectiva y segura".
Asimismo recordó a Italia que en 2012 violó el artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos cuando devolvió a los migrantes interceptados a Libia, y que "el hecho de que tales acciones se lleven a cabo en aguas territoriales libias no absuelve a Italia de sus obligaciones del CEDH".
¿Italia en la cuerda floja?
Poco después, el Ministro del Interior, Minniti, envió una carta de réplica a Muiznieks. La respuesta muestra claramente que Minniti caminaba sobre una cuerda floja en esta cuestión, señala Matteo Villa, jefe del programa de migración de ISPI. De hecho, Minniti afirmó que ningún barco italiano, sea de la armada o de cualquier otra cosa, participó en ningún acto de deportación a Libia. Su réplica hizo hincapié en el hecho de que la cooperación de Italia con las autoridades libias tiene como objetivo trabajar el desarrollo de capacidades, pero no llevar a cabo devolucuines.a realización de las devoluciones.
El mensaje que Minniti quería transmitir era que, dado que Italia no está realmente atendiendo a los migrantes interceptados, tampoco se le puede responsabilizar de ningún retorno forzoso indebido.
Minniti también destacó que "Italia no subestima el respeto de los derechos humanos en Libia al contrario, lo considera crucial y es una parte fundamental de la estrategia general del gobierno".
A pesar de estas palabras, su carta no contenía ni una sola referencia clara a las garantías concretas que ha establecido el gobierno italiano para que ninguna persona se vea expuesta al riesgo de tortura o cualquier tipo de maltrato. Tampoco ofrece ninguna respuesta sobre el Código de Conducta ni sobre la "eficacia y seguridad" de sus operaciones.