Financiado con fondos de la UE, el plan está dirigido específicamente a personas con el estatuto de protección de refugiados o la protección subsidiaria. Los migrantes que participan deberán aprender italiano y suscribir los valores italianos (separación de Estado y religión, igualdad de género, etc.) tal como se establece en la Constitución italiana. A cambio de aceptar estos principios y desempeñar un papel activo en sus nuevas comunidades mediante el trabajo, el voluntariado y la socialización, los migrantes de este grupo entrarán en listas de espera para vivienda y empleo.