Italia es una de las pocas democracias occidentales que no reconoce el derecho a saber a través de una Ley de libertad de información (FOIA).
El derecho al acceso a la información está regulado a través de una serie de normas complejas y deficientes, que garantiza el derecho a saber de todos los ciudadanos pero solo a aquellos "directamente afectados" por el asunto en cuestión,
Una FOIA de verdad
En el verano de 2014, un grupo de más de 30 organizaciones de la sociedad civil, entre las que se encontraban Diritto di Sapere, Transparency International Italia y la Coalición Italiana por las Libertades y Derechos Civiles (CILD), lanzaron la campaña #FOIA4Italy, que exigía la implementación de una nueva ley que garantizará de verdad el derecho a la información para todos los ciudadanos. Se hizo una propuesta de ley y una petición que recogió más de 42.000 firmas.
Recientemente, organizaciones de la sociedad civil han vuelto a insistir y han presentado la Agencia de la Transparencia, en la que se reitera la importancia de una FOIA como prioridad clave para la legislatura.
Tomad en serio la FOIA
En su discurso de investidura, el primer ministro Matteo Renzi se comprometió a abordar la cuestión de garantizar el acceso efectivo a la información a todos los ciudadanos. Han pasado casi dos años, y tras muchas promesas y todavía más retrasos, el gobierno italiano está discutiendo por fin el "Decreto de Medios". Una primera versión del decreto se aprobó hace varios días y algunos periodistas consiguieron hacerse con el borrador.
Las organizaciones de la sociedad civil ha mostrado su preocupación por el hecho de que el proyecto de ley presenta muchos aspectos críticos. Si se aprueba tal y como está ahora, no garantizará el derecho al acceso a la información de los ciudadanos de manera efectiva.
De hecho, un comunicado conjunto de los miembros de la coalición FOIA4Italy señala cómo el borrador actual del Decreto de Medios no cumple los 10 puntos fundamentales para garantizar una FOIA efectiva y, en su lugar, establece un reglamento más bien confuso que no sirve en absoluto para mejorar el estado de la cuestión actual en materia de transparencia y acceso a la información: el modelo propuesto de "acceso cívico" se ve muy debilitado por la interminable lista de excepciones y la falta de sanciones.
En otras palabras, la ley, tal y como figura ahora, sería inútil. Por ello, las organizaciones de la sociedad civil están pidiendo al gobierno italiano que modifique cuanto antes el borrador y apruebe una ley mejor: ¡Italia necesita una FOIA de verdad!