Denitsa Panayotova se encontraba en un centro comercial de Sofía este agosto, su bebé empezó a llorar y le dio pecho. En ese momento, apareció un guardia de seguridad y le solicitó que dejara de hacerlo.
"Mi hijo estaba llorando, por cansancio y hambre. La reacción natural fue darle pecho, para que se calmara y se sintiera mejor. Nunca se me ocurrió que esto pudiera percibirse como algo desagradable," dijo Panayotova.
Inmediatamente después, Panayotova fue a escribir una queja a la dirección del centro comercial. El jefe de seguridad, sin embargo, le dijo que no estaba permitido dar pecho en las instalaciones, puesto que podría molestar a otros clientes. Panayotova no recibió nunca contestación alguna a su queja. Para ella, la situación fue profundamente humillante, tan solo estaba cuidando a su hijo.
"Las víctimas solo son mujeres"
El Bulgarian Helsinki Committee representará a Panayotova en un juicio contra el centro comercial y contra la tienda en concreto en la que ocurrió el incidente.
En términos legales, el caso es un ejemplo de discriminación de género, dentro del marco de la Ley de Protección contra la Discriminación. Dar pecho en público debería considerarse una conducta natural, de una madre que está cuidando de su bebé.
"Limitar este derecho es un acto de discriminación de género directa, porque las víctimas son solo mujeres", afirma Adela Kachaunova. "El impedimento de la lactancia en público viola el artículo 32, párrafo 1 de la Constitución Búlgara, que garantiza la no interferencia en la intimidad de los ciudadanos y la protección de su honor, dignidad y reputación".
La abogada Daniela Fartunova señaló que los tribunales internacionales están mayoritariamente a favor del derecho de las mujeres a amamantar a sus hijos donde quiera que estén y en el momento que sea.
"El derecho de todas las personas a la vida íntima y familiar está garantizado en el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos", afirmó.