Las personas homosexuales, bisexuales y transgénero en Lituania son más proclives a denunciar un acto de discriminación ante una ONG que ante las instituciones estatales. Por ello, se ha generado un círculo vicioso en el que los funcionarios no pueden resolver delitos debido a la falta de información, pero a su vez las víctimas no se acercan a ellos pues no confían en que vayan a proteger adecuadamente sus derechos. Una posible solución sería que las instituciones nacionales apoyaran abiertamente a la comunidad LGBT y declararan públicamente que no se puede tolerar la discriminación.