Un nuevo informe basado en una investigación de la Red Europea contra el Racismo (ENAR) que abarca 26 países de la UE concluye que los migrantes cada vez sufren más racismo y son objeto de políticas y actitudes discriminatorias que les impiden obtener empleo. Una serie de obstáculos al mercado de trabajo -discriminación, restricciones vinculadas al estatus migratorio, falta de reconocimiento de cualificaciones, o el idioma- son la causa de la brecha de empleo entre migrantes y nacionales y de que muchos acaben siendo víctimas de prácticas de explotación.