El presidente de la Liga Belga de DDHH releyó el programa de 1996 del Vlaams Blok, partido de extrema derecha condenado por delitos de racismo. Lo comparó con las posturas sobre la migración de todos los gobiernos de coalición en los últimos 20 años y llegó a la pavorosa conclusión de que gran parte del programa, incluida la creación de una Secretaría de Estado para asilo y migración, la prioridad en la asignación de viviendas sociales para la población autóctona, la expulsión del país por la comisión de delitos y el subsidio al retorno al país de origen, ha venido ya aplicándose en Bélgica.