Hace unos meses, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que Lituania violaba el artículo 3 ("nadie será sometido a tortura, ni a penas o tratos inhumanos o degradantes") del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
El grupo de presos que ganó el caso está satisfecho con el resultado- ahora Lituania tendrá que realizar cambios en su sistema legal, de lo contrario será sancionada. Sin embargo, todavía está por ver si Lituania llevará realmente a cabo las medidas necesarias.
De acuerdo con la sentencia del TEDH, los casos de las personas condenadas a cadena perpetua en Lituania deberían revisarse después de 25 años de prisión, con la posibilidad de que una libertad condicional futura.
Actualmente, en virtud de la ley lituana, solo el presidente puede conmutar una pena. Quienes soliciten un indulto presidencial pueden ser puestos en libertad, recibir una reducción de la pena o la conmutación de su sentencia.
Para humanizar el sistema de encarcelamiento, es preciso que se añada la libertad condicional a la agenda política.
Los presos se enfrentan al estigma
Desgraciadamente, la sociedad tiene fuertes prejuicios hacia las personas que han pasado por la cárcel - según datos de 2015, cerca del 60% de los lituanos no querrían vivir cerca de ex presos y casi el 44% no querría compartir lugar de trabajo.
Las personas que salen de la cárcel se enfrentan a menudo al aislamiento social en la sociedad lituana: el 66% de la población afirma que ve a este grupo de manera desfavorable o muy desfavorable.
"Somos un sector muy impopular de la sociedad y a ningún político le conviene hablar de nosotros positivamente, ni siquiera simplemente sugerir que hace falta llevar a cabo algunas mejoras. La venganza todavía está muy presente en la mentalidad de la gente, que dice que se nos deben imponer condiciones más duras, castigos más severos - olvídate de cualquier tipo de mejoras", señala Audrius, un preso, al portal de noticias Bernardinai.lt.
El sistema actual es deficiente
Según los expertos, en los 27 años que lleva Lituania como país independiente, no ha habido cambios en el sistema penitenciario, y sigue estando muy por debajo de los estándares europeos.
"Las cárceles lituanas todavía funcionan con un sistema jerárquico de presos, una herencia de la época soviética, ni siquiera han sido capaces de construir celdas individuales para deshacerse del mismo", señaló el presidente de la Sociedad Lituania de Protección de Presos.
Cuando las personas cumplen su condena, en lugar de regresar a la sociedad, parece que llegan a la escuela del delito- cuando se aisla tanto a las personas de la sociedad, es poco probable que se adapten con éxito, especialmente si una parte importante de la población no les apoya.
En muchos casos, las personas que salen de la cárcel simplemente no tienen donde regresar ni a ninguna persona a la que contactar, y pueden volver a delinquir simplemente por pura desesperación.
"Aunque tenemos una incidencia muy baja de libertad condicional, la tasa de reincidencia es también bastante baja, por lo que deberíamos ser más atrevidos y permitir que más personas se reintegre en la sociedad - sin embargo, hasta ahora, la libertad condicional solo se concede al 20-30% de los presos, muy por debajo de la media de la UE", afirma Karolis Liutkevičius, abogado del Human Rights Monitoring Institute.
El cambio llega de puntillas
El año pasado sin embargo se abrieron residencias de transición en cuatro ciudades. Estas permiten que los presos que muestran un comportamiento ejemplar desarrollen habilidades sociales, aprendan a cooperar y busquen trabajo con ayuda de los trabajadores sociales.
Y aunque esta oportunidad solo está disponible para un pequeño porcentaje de quienes salen en libertad condicional, sigue siendo un pequeño paso hacia su su reinserción completa en la vida social.
Esperamos que el sistema penitenciario lituano camine hacia una mejora para las personas presas y que cada vez más tengan una oportunidad verdadera de reinsertarse.
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