El informe ofrece al público la oportunidad de evaluar los últimos años desde el punto de vista de los derechos humanos, destacando los progresos, el estancamiento o incluso el retroceso en los casos en que no se ha logrado garantizar el respeto de la dignidad humana.
Elaborado por 19 expertos en derechos humanos, desde abogados a expertos en ciencias políticas, sociales y médicas, está dirigido a cualquier persona interesada en cuestiones de derechos humanos.
Ofrece un análisis de cómo se han aplicado los derechos humanos desde muchos ángulos: desde los resultados de la lucha contra la discriminación, los delitos de odio y la violencia, hasta el derecho a la libertad y la privación de libertad, desde el derecho a la vida familiar hasta la libertad de expresión, reunión y religión, o la protección de datos personales. El informe analiza los problemas, de máxima actualidad en estos momentos, relacionados con el derecho a la salud y su aplicación.
¿Hungría o Europa del Norte?
En los últimos tiempos, Lituania ha sido testigo de una serie de tendencias preocupantes. "En los últimos años, hemos constatado que, incluso en épocas de crecimiento económico y estabilidad política, a veces, se ignoran aspectos importantes de los derechos y libertades individuales, no se aplican compromisos políticos a pesar de que hayan sido señalados por organizaciones internacionales, y pueden llegar a repetirse violaciones del pasado. ¿Por qué no se respetan los derechos humanos, por qué no son tratados con la seriedad que corresponde? El mayor obstáculo sigue siendo el hecho de que la sociedad se ha acostumbrado a priorizar "convenientemente" cuestiones que afectan a la mayoría de la población, olvidando los intereses y problemas de los grupos más pequeños", señaló Paulius Gritėnas, analista y filósofo, en el prefacio de la publicación.
La discriminación por motivos de género, orientación sexual, discapacidad, edad, origen y otros motivos se observa regularmente en el mercado laboral, el sector de los servicios y otros ámbitos. Los debates públicos suelen reflejar una idea muy reducida de lo que significa ser "lituano", que deja fuera cualquier percepción de alteridad. Ese aislamiento y falta de respeto hacia la igualdad de derechos de las personas a menudo conduce a un discurso de odio o incluso a la violencia física.
Aunque 8 de cada 10 víctimas de violencia doméstica son mujeres, las leyes lituanas siguen sin aplicar un enfoque de género, mientras, el Parlamento no ha logrado la voluntad política para ratificar el Convenio de Estambul. Asimismo, las autoridades son reacias a mostrar liderazgo en materia de derechos humanos y todavía no han eliminado la disposición discriminatoria de la Ley de protección de los menores contra los efectos perjudiciales de la información pública (que puede ser objeto de abuso por parte de algunos grupos para censurar cualquier información pública relacionada con derechos LGBT+).
Durante el período analizado, las autoridades incluso han tomado medidas para restringir la libertad de expresión por diversas razones: la seguridad nacional, la lucha contra la desinformación o la protección de los dirigentes del país.
Aunque la crisis de COVID-19 y sus repercusiones sobre los derechos humanos no se analizan en el informe, muchos de los desafíos de los últimos meses reflejan cuestiones que vienen de lejos y que han sido analizadas en el mismo.
"Lituania sigue sin poder aprovechar la oportunidad única que le brinda su pertenencia a la Unión Europea, y aspirar a construir un Estado de bienestar y una sociedad lo más sana posible, que respete los derechos humanos. Faltan líderes políticos, culturales, científicos y empresariales dispuestos a unir a la sociedad por una causa común: garantizar el respeto de los derechos de cada individuo y nuestros valores comunes. Los ciudadanos frecuentemente caen en el engaño de noticias falsas acerca de valores que supuestamente no son adecuados para Lituania, incluso cuando esos mismos valores se respetan cada día en los países más prósperos del mundo y están consagrados en la propia Constitución lituana", afirma Dainius Pūras, Director de Human Rights Monitoring Institute.
¿Hay alguna buena noticia?
A pesar de los considerables desafíos y los constantes intentos de dar marcha atrás, en los últimos años también se han logrado importantes progresos. Aunque ha habido intentos de restringir la libertad de expresión, no se ha logrado, gracias a la oposición de la sociedad civil y de los medios de comunicación.
Debido al endurecimiento de las normativas, la protección de datos personales y las cuestiones de privacidad han sido objeto de un escrutinio excepcional en el período analizado en el informe, lo que ha contribuido a concienciar a la opinión pública.
Diez mil personas (el mayor número registrado) participaron en el desfile del Orgullo Báltico de 2019 en Vilna. Fue la segunda marcha de este tipo que pasó sin incidentes por parte de los manifestantes y sin ninguna obstrucción artificial del Estado.
También ha habido progresos en el derecho a un juicio justo. La Unión Europea elevó los estándares de los derechos de los sospechosos y acusados, obligando a Lituania a actualizar también su legislación. Asimismo, se está empezando a emplear la detención preventiva de forma más responsable.
Aunque los políticos no han mostrado un verdadero liderazgo en lo que respecta a la protección jurídica de los derechos de las personas LGBT+, en 2019 el Tribunal Constitucional dictaminó que la "familia", tal como la define la Constitución, es neutral en cuanto a género, eliminando así los obstáculos formales para la aprobación de una ley sobre las uniones civiles.
"Celebramos el hecho de que las autoridades se estén mostrando más
abiertas e involucrando más a la sociedad civil en la redacción de la
legislación, así como en la programación de documentos, y también que
estén cooperando más con las ONG para formular o aplicar distintas
políticas. Esto nos da esperanza, podemos pensar que poco a poco nos
sacudiremos el estancamiento en ciertas áreas. Los futuros progresos
dependerán de que todos comprendamos y defendamos nuestros propios
derechos. Este documento es la contribución del Human Rights Monitoring
Institute y de los autores del documento para ponernos a todos en el
camino correcto de los derechos humanos", señala Goda Jurevičiūtė,
director de proyectos de Human Rights Monitoring Institute.
El informe está disponible en la página web de HRMI: https://hrmi.lt/zmogaus-teises-lietuvoje-2018-2019/.
HRMI quiere agradecer a EEA y a Norway Grants, Open Society
Foundations, y a todos los que donaron en Aukok.lt. Esta publicación no
hubiera sido posible sin su ayuda.