Mientras Noruega se plantea despenalizar el uso de drogas, y centrarse más en la rehabilitación y el tratamiento que en el castigo, Lituania da un paso atrás. El parlamento lituano ha votado en contra de la despenalización de la posesión y de que la sanción sea por vía administrativa, que es menos dura. Desgraciadamente, Lituania sigue encontrándose entre los países que por su estricta política de castigo marginan a los usuarios de drogas y les dificultan la posibilidad de obtener ayuda.