El municipio de Kedainiai envió facturas por el servicio de recogida de basuras en sobres que mostraban los códigos personales de los residentes justo al lado de sus nombres. Cada ciudadano tiene un código único que se pueden utilizar para conocer el género y la fecha de nacimiento de las personas.
Indignación
Los ciudadanos indignados bombardearon al municipio con preguntas exigiendo una explicación sobre por qué esos datos personales confidenciales estaban escritos en los sobres. Algunos afirmaron que denunciarían ante los tribunales. La mayoría teme que los datos publicitados puedan haber sido recogidos por estafadores y utilizados para pedir préstamos a compañías de préstamos rápidos a su nombre.
La legislación lituana prohíben explícitamente publicar códigos personales. Un error de este tipo y escala demuestra que la protección de los datos personales no recibe la más mínima atención.
¿La protección de datos una prioridad?
Karolis Liutkevičius, abogado de Human Rights Monitoring Institute afirma que este es un ejemplo de cómo incluso en el sector público (por no hablar del privado) el derecho a la protección de datos no se contempla como un asunto prioritario.
"Este es un problema grave. La protección de datos es un derecho humano, ignorarlo no solo supone una interferencia en la vida privada de las personas y aumenta el riesgo de fraude, sino que también socava la dignidad humana básica", dijo Liutkevičius.
Según Liutkevičius, las autoridades estatales y municipales, así como las organizaciones privadas, tienen que cambiar su actitud hacia la seguridad de los datos. "Esperamos que el Reglamento General de Protección de Datos de la UE, que entrará en vigor en mayo de 2018, sea un incentivo para mejorar la seguridad y establezca unas consecuencias más duras por el incumplimiento de los requisitos de protección de datos".
Según el borrador del modelo regulador lituano, las instituciones estatales y municipales podrían recibir una multa de hasta 60.000 euros por este tipo de violaciones.
No es la primera vez
Esta no es la primera violación masiva de la protección de datos personales en Lituania.
Esta primavera, unos hackers entraron en las bases de datos de Grožio Chirurgija, una clínica de cirugía estética y robaron y divulgaron información personal y fotos privadas de los pacientes. La clínica fue muy criticada por su incapacidad de proteger los datos de sus clientes, incluso en el nivel más básico.