El restaurante Keulė Rūkė recibió una multa de 1.500€ de la Autoridad Estatal para la Protección de los Derechos del Consumidor por violar los principios de moral pública y denigrar símbolos religiosos en la publicidad. La decisión ha provocado múltiples respuestas en la sociedad lituana: algunos aplauden esta medida, mientras que otros están convencidos de que mina la libertad de expresión.
Famoso por sus manifestaciones políticas
Este restaurante es famoso no solo por un diseño interior poco convencional, sino también por sus afirmaciones atrevidas e irónicas y por sus conocidos grafitis políticos. El más conocido, que atrajo la atención incluso de los medios de comunicación internacionales, fue un dibujo del presidente ruso Vladimir Putin y del presidente de los EE.UU. Donald Trump, el cual recordaba al histórico del beso en el Muro de Berlín.
La pared frente al restaurante fue decorada recientemente con otra ilustración. Esta vez los objetivos eran tres políticos de la Unión de los Campesinos y Verdes Lituanos a los que comparaba con "terroristas del Estado Islámico". De esta forma, los autores expresaban su opinión acerca de las leyes sobre el consumo de alcohol impulsadas y aprobadas por estos políticos.
Keulė Rūkė no huye de los símbolos religiosos (la cruz, el libro de oraciones o el crucifijo) en fotos promocionales o en su cuenta de Facebook. Son estos anuncios en particular los que han ofendido a la gente, que ha pedido a la Fiscalía General que inicie una investigación.
Multa por denigrar símbolos religiosos
La Fiscalía ha traspasado la investigación a la Autoridad Estatal para la Protección de los Derechos del Consumidor (VVTAT, por sus siglas en lituano), que considera que los anuncios violan la Ley sobre Publicidad. Esta última establece que la publicidad debe ser prohibida si viola los principios de moral pública o denigra símbolos religiosos.
La VVTAT considera que los anuncios de Keulė Rūkė han cruzado los límites de la moral porque los símbolos religiosos han sido utilizados de forma irrespetuosa para fines comerciales, y por tanto pueden ofender a los creyentes.
Los anuncios provocan un debate
La decisión ha provocado el debate sobre el concepto de "moral pública", y también sobre los límites de la libertad de expresión y cuándo se debe restringir esta última.
Según Karolis Liutkevičius, un abogado que trabaja para el Human Rights Monitoring Institute de Lituania, este tipo de publicidad se enmarca en las disposiciones sobre libertad de expresión del Convenio Europeo de Derechos Humanos precisamente porque provoca un debate sobre temas importantes para la sociedad.
Los dueños del restaurante están en desacuerdo con la multa y piensan apelar esta decisión, a la vez que destacan que infringe la libertad de expresión.
Dominykas Čečkauskas, uno de los fundadores, afirma que estos anuncios no pretendían ofender a los cristianos, sino que manifiestan una opinión diferente sobre la religión y la censura.
